Modesto” rendimiento deportivo en Sochi es poco decir. Sin embargo, en el siguiente comentario no esperen una crítica devastadora o una opinión de última instancia. Ya en la víspera de los JJOO de invierno sabíamos que no podíamos esperar una lluvia de medallas. Lo dijo también la presidenta del Comité Olímpico de Bulgaria, Stefka Kostadinova, campeona olímpica de los juegos de Atlanta con un record en el salto de altura que durante 27 años no ha sido batido.
“Las expectativas no son muy grandes, no pienso que tenemos grandes oportunidades de conseguir medallas. Aunque en Nagano´ 98 tuvimos a nuestra Catalina la Grande. Ojalá ahora tengamos también algún medallista. No quiero cargar en exceso a nuestros deportistas olímpicos con expectativas demasiado grandes. Participar en unos JJOO es un gran honor y una gran oportunidad. Espero que los deportistas búlgaros de verdad tengan su buena oportunidad y por qué no, clasifiquen entre los diez primeros”.
Mayor benevolencia hacia nuestros deportistas ha pedido también nuestra “Catalina la Grande”, Ekaterina Dafovska, medalla de oro en biatlón de Nagano. “Debemos reducir nuestras expectativas hacia los deportistas olímpicos búlgaros. No debemos ser tan exigentes. Los Juegos Olímpicos son una competición totalmente diferente. Todos queremos clasificar en una buena posición, pero no hemos de olvidar que los demás países fuertes estarán ahí, preparados al máximo para el combate. Nosotros también haremos lo mejor que podamos, ojalá, la suerte nos acompañe y todo vaya bien”, ha dicho Dafovska.
Suerte y buenas oportunidades. Precisamente la mala suerte fue la razón por la que Alexandra Zhekova no llegó a ser la tercera en el snowboard. Durante toda la competición su actuación fue auténticamente olímpica, pero a unos cuantos metros de la final, en el sentido más literal de la palabra, la italiana Michaela Moiloli le saltó a la espalda, con lo cual la medalla de bronce voló lejos de nuestra competidora. ¡Todo esto ocurrió en unas centésimas del segundo!
La quinta posición de Alexandra Zhekova es el cuarto mejor logro de un deportista búlgaro en Juegos Olímpicos de invierno después de la medalla de oro de Ekaterina Dafovska, en el biatlón de 15 kilómetros en la persecución individual en Nagano, la medalla de plata de Evguenia Radanova en pista corta en Torino en 2006, la medalla de bronce en esquí de fondo de 30 kilómetros, en Lake Placid en 1980.
En fin, tres medallas en 35 años. Estos han sido nuestros hacedores de milagros en los deportes de invierno. No es que en Bulgaria no nazcan talentos. Talentos hay en todas partes. La cuestión es qué sucede con ellos, quién los descubre, quién asume la responsabilidad de entrenarlos, perfeccionarlos, educarlos, etc.
Pensemos en el número de miembros que integran las federaciones de deportes de invierno de los países alpinos y nórdicos, EEUU, Canadá, el Lejano Oriente. Hay decenas y cientos de miles de deportistas que cuentan con excelentes instalaciones deportivas, buenos equipos para entrenar, patrocinadores generosos y la debida financiación. La cantidad se transforma en calidad y en los todos los juegos olímpicos estos países están presentados con cuotas completas; sus delegaciones pueden llenar todo un tren.
Cierto que los recursos, las buenas condiciones, los estímulos, entre otros, son solamente requisitos previos para que un deportista de talento llegue a subir al podio, si tiene oportunidades y suerte. Sin embargo, es necesario que el mismo deportista haya aspirado a alcanzar semejantes metas altas y trabaje duro para lograrlos. La suerte por lo general acompaña a los mejores.
Recordemos nuestras metas y las expectativas de Stefka Kostadinova para Sochi: clasificar entre los diez primeros y alguna que otra medalla. Los buenos logros que hemos conseguido anteriormente en el plano internacional, a que alude Katia Dafovska, han sido estar entre los 20 y los 30 primeros y, menos veces, entre los primeros diez. En Sochi no lo hemos logrado en las seis disciplinas en que 18 deportistas búlgaros han representado a Bulgaria. A excepción de Sani Zhekova.
Resumiendo, podemos decir que los juegos olímpicos de Sochi han llegado a su mitad y que los búlgaros ya nos hemos visto en el lugar que nos merecemos; no ha habido gratas sorpresas, salvo la mencionada de Sani Zhekova que, por cierto, no es ninguna sorpresa sino el resultado de mucho talento, gran ambición y enormes esfuerzos y trabajo en la pista. Y, lo bueno es que estamos en el mapa olímpico de invierno y que dentro de cuatro años habrá otros juegos olímpicos…
Versión en español por Ekaterina Bobeva
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