Hace un mes, el premier Plamen Oresharski reconoció públicamente que su gobierno había sido programado para servir de amortiguador entre el gobierno anterior, del partido GERB, y el siguiente y, hace unos diez días, anunció que el Parlamento podía votar su dimisión entre el 23 y el 25 de julio. Ayer, el presidente del Parlamento, Mihail Mikov, dijo que la dimisión del Gabinete será votada el 23 del julio, si el premier Oresharski la presentase. Los acontecimientos de los últimos días muestran que el experimento Oresharski se ha auto desintegrado antes de acabar oficialmente.

Mientras que en el Consejo Europeo en Bruselas, Oresharski apoyaba la candidatura de la eurocomisaria Kristalina Georgieva, cercana al partido GERB, para el puesto de Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, el líder del partido socialista búlgaro que en la práctica formó el gobierno de Oresharski, insistía que ese puesto debía ser concedido a un candidato del Partido de los Socialistas Europeos. Mientras tanto, en Sofía el partido socialista no mostraba apoyo a su propio gobierno, negándose a apoyar la propuesta de actualización del presupuesto público en su totalidad. 14 meses después de haber formado el gobierno, entre el partido que tenía el mandato y su premier, evidentemente ha aparecido cierta colisión. Somos testigos de auto desintegración, después de haberse negado durante más de un año a responder a los llamamientos de dimitir. La desintegración delimita un panorama complicado en Bulgaria.

El Parlamento, boicoteado por el partido de oposición GERB y el partido nacionalista Ataka, no funciona. GERB afirma que regresará al Parlamento sólo para votar la dimisión del Gabinete, pero ésta todavía no está ahí. Sin embargo, está ahí un proyecto gubernamental de actualización del presupuesto público y del presupuesto de la Caja Nacional de Seguros de Salud, que puede ser aprobado sólo por el Legislativo. Sin actualización, la actividad del futuro gobierno interino y del sistema de Sanidad puede ser bloqueada.

Es complicada la situación también en el espacio político. Las relaciones entre el Partido Socialista Búlgaro y el Movimiento por Derechos y Libertades, que gobernaban hasta ahora, están tensas. El gabinete Oresharski, en realidad. se va debido a la renuncia del Movimiento por Derechos y Libertades a seguir apoyando al Gobierno. El Partido Socialista no saldrá más fuerte de la situación que se ha creado y se ve obligado a cambiar su líder antes de las elecciones anticipadas. El partido GERB sale ganando, pero parece que no tanto como para conseguir una mayoría en el futuro Parlamento. Si el GERB decide gobernar solo, aunque sin tener una mayoría, podría resultar que el gabinete Oresharski había sido un amortiguador sin sentido entre un gobierno viejo y uno nuevo, ambos de GERB, debido a lo cual el país ha perdido más de un año. La representación de Bulgaria en la Comisión Europea tendrá que ser propuesta por un gabinete interino, nombrado por el presidente de la república, que es cercano al GERB. Este hecho podría inclinar las balanzas a favor de una nominación a eurocomisario determinada por el GERB, pero también podría reducir las posibilidades de Bulgaria de recibir una cartera importante en la Comisión Europea. Porque lo que ocurre en Bulgaria crea la sensación de inestabilidad e imprevisibilidad.

Versión en español por Ruslana Valcheva