Guapísima, talentosa, cargada de positivismo y alegría. Así es la soprano Sonya Yoncheva. Llegó a Sofía unos días antes de su concierto con la Filarmónica de Sofía, celebrado ayer en la sala capitalina “Bulgaria”. Sonya Yoncheva presentó obras de Massenet y Puccini. La estrella de Metropolitan Opera de Nueva York cantó a dúo con su hermano, Marín Yonchev, cantante y compositor, bajo la batuta del venezolano Domingo Hindoyan, director que trabajó con la Philharmonia Orchestra, la Royal Scottish National Orchestra y primer asistente de Daniel Barenboimen Staatsoper de Berlín para la temporada 2014-2015. Domingo Hindoyan está casado desde hace dos años con la encantadora Sonya Yoncheva.Los dos están en Bulgaria junto con su hijo de seis meses.

El director de la Filarmónica de Sofía, Viktor Stoyanov ofrece más detalles sobre el concierto celebrado en la sala capitalina “Bulgaria”:

“Esta agradable sorpresa para el público búlgaro la hemos organizado con la fundación América por Bulgaria. Sonya Yoncheva está entre las  grandes estrellas operísticas. Está desarrollando una impresionante carrera y su agenda está repleta con años de antelación. A pesar de ello encontró tiempo para alegrar a los aficionados a la música clásica en Bulgaria. Este es el primer concierto de una serie de conciertos que hemos planificado juntos. Queremos ofrecer conciertos de una calidad cada vez mayor”.

En los últimos años, Sonya Yoncheva hizo una carrera brillante, sobre todo después de su victoria en el concurso “Operalia”, dirigido y organizado por Placido Domingo. Últimamente, definen a Sonya Yoncheva como una de las estrellas más brillantes en el firmamento operístico.

“Estoy feliz de poder cantar en el escenario de la sala “Bulgaria” y de poder encontrarme con el público búlgaro. Bulgaria es mi hogar. Esto no cambia, incluso cuando hubiera vivido durante largo tiempo lejos de aquí. Aquí está mi familia. Siento el deber de contar al mundo que en Bulgaria hay y siempre ha habido grandes talentos operísticos. Además, Bulgaria se desvela por su evolución, apoyándolos. Yo soy, sobre todo, búlgara. En las entrevistas que doy a los medios de comunicación extranjeros siempre lo subrayo y exijo que lo mencionen en sus publicaciones. Quiero guardar en mí la fidelidad hacia mi pueblo, hacia mi patria, donde he empezado mi carrera. Recuerdo cuando empecé a estudiar canto operístico. En Bulgaria había muchos concursos. En uno de estos concursos interpreté el aria de la ópera Aika del compositor búlgaro, Parashkev Hadzhiev. Fue una emoción impresionante. Me encanta la ópera de Georgi Zlatev Cherkin “La de los ojos azules” que cantábamos en Plovdiv con mi profesora Nely Koycheva a la que hoy quiero darle las gracias. Ella no solo me enseñaba sino me protegía como una madre. Me acompañaba en todos los concursos e incluso conducía por la noche para que yo pudiera descansar bien y que cantara bien al otro día. Mi profesora reside ahora en Japón pero nos escribimos y sus consejos son muy valiosos para mí. Tengo la  idea de preparar algún día un programa íntegro de obras búlgaras. La gente por el mundo está curiosa y quiere percibir todos los matices, los colores de la voz de una cantante operística. Y cuando una persona canta en su propio idioma muestra un lado diferente de su talento”.

Versión en español por Vesela Petrova