Drozdstoy Stoyanov es hijo de un destacado matrimonio de psiquiatras búlgaros. A una todavía tierna edad se le consideró un niño prodigio. Con sólo 4 años usaba términos científicos para expresarse en su habla cotidiana –probablemente influenciado por el entorno de sus padres mayores, que ya habían diseñado un programa ambicioso para su único descendiente– , a los escasos cinco estudiaba de forma simultánea inglés y francés, a los 15 se graduó de la secundaria paralelamente por tres escuelas, y a los 16 ya era estudiante universitario. A los 21 años se graduó con honores en Medicina por la Universidad de Medicina de Sofía, y a los 28, ya era profesor agregado. A finales de 2013, el especialista en psiquiatría defendió su habilitación profesoral ante un jurado internacional formado por siete científicos del Colegio Imperial de Londres, el Colegio de Santa Catalina, en Oxford, la universidad italiana de Chieti-Pescara y la de Lisboa. En 2015, a la edad de 35 años fue elegido como el miembro más joven de la alternativa Academia de las Ciencias y las Artes de Bulgaria.
Ante Radio Bulgaria el Prof. Stoyánov habla de cómo se consiguen éxitos profesionales.
No hay receta ni respuesta unívoca sobre cómo se logra éxito profesional. Lo único que puedo decir es que es cuestión de autoiniciativa y disciplina. Si alguien quiere lograr algo significativo en las esferas de la educación superior y de la asistencia sanitaria –ámbitos de los que puedo hablar con cierto grado de confianza y competencia– necesita de estos dos factores, que, por separado, pueden asegurarle cierto progreso pero, combinados, le darían gran impulso y ventaja ante sus contemporáneos. La autoiniciativa es necesaria para actualizar constantemente los conocimientos y las habilidades para ver más allá del horizonte. Esto significa ser capaz de dominar las cosas antes de que sucedan y sugerir lo que los demás consideran todavía demasiado prematuro. Y la disciplina es una condición imprescindible. Hay que tomar impulso siendo todavía universitaro, tener un cierto número de publicaciones, informes de investigación científica; eso ayuda a mantener la nariz por encima del nivel del agua para resistir a la competencia hipotética.
A la pregunta de cuál es la enfermedad tratada más comúnmente en forma ambulatoria en los últimos años, el experto en psiquiatría y psicología responde sin vacilar: los trastornos de pánico. Según el Prof. Stoyánov, el pánico es la nueva máscara de la histeria, que es difundida en escala bestial. Me parece que la “gran imitadora” ha elegido una nueva imagen en que meterse. Si en el siglo XIX la imagen favorita de la histeria eran los ataques epilépticos, en el XX se decantó por las enfermedades gastrointestinales: imita colitis, gastritis, enfermedades de la piel, erupciones cutáneas graves.
Últimamente, los actos de agresión son un fenómeno que se ha expandido por el mundo entero, incluida Bulgaria, y se da con cada vez mayor frecuencia.
Es necesario pensar globalmente y actuar localmente con respecto a este problema social significativo–opina Drozdstoy Stoyanov– . La agresión junto con otros problemas sociales acuciantes son resultado de la irresponsabilidad criminal de los políticos y también de algunos medios informativos que, debido a su posición “no censurada” hacen lo que quieren y cuando quieren, sin ningún tipo de retroalimentación con de la sociedad. Conscientes de su enorme poder, aprovechan situaciones concretas, cuando ocurren accidentes, para convertirlas en tema de los noticieros. Para mí este es un enfoque perverso. Para las cosas importantes y significativas quedan apenas un par de minutos.
¿Cómo debería responder la sociedad, ya sea compuesta por adolescentes o por personas mayores, si eso se recicla constantemente en los medios?, pregunta realmente preocupado el Prof. Stoyanov.
Desde hace algunos años el científico imparte clases en la Cátedra de Psiquiatría y Psicología Médica de la Facultad de Medicina, en la ciudad de Plóvdiv, donde se encuentra el Complejo de Neurociencia Traslacional, único centro de este género en los Balkanes.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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