Cada año, desde 2003, el diario "24 Chasa" (en español 24 horas) distingue a personas de gran corazón que salvaron vidas, ayudaron desinteresadamente a gente en infortunio, mostraron un ejemplo de valentía o generosidad, regalaron alegría, contribuyeron al desarrollo de la sociedad…En los quince años desde que fue promovida la iniciativa, Los Búlgaros dignos del Año, fueron galardonados 531 compatriotas. Los condecorados para 2016 son más de medio centenar. En el acto de entrega de los premios asistieron más de 130 invitados que saludaron a los héroes ordinarios agitando pequeñas banderas nacionales. El primer premio para el año pasado es especial y está dedicado a los participantes en la operación de rescate en Jítrino, en el noreste de Bulgaria, a finales de 2016. Entonces un tren que transportaba tanques de gas descarriló y la explosión causó la muerte de siete personas, otras 29 resultaron heridas y varias casas y edificios quedaron completamente destruidos por la detonación.

Especialmente para Radio Bulgaria, Yalcin Rasim, comisario jefe y director de la Dirección Regional del Ministerio del Interior de la ciudad de Shumen, que dirigió la operación de evacuación de todos los habitantes del lugar del incidente, comentó: Este premio es un gran honor para mí. Es señal de una tarea bien cumplida también por mis compañeros. El trabajo que realizamos es de equipo por eso les expreso mi agradecimiento. Mi mejor recompensa fue cuando, 11 días después del accidente, los vecinos de Jítrino, al regresar a sus hogares, nos dijeron: "No hay puertas ni ventanas pero todo está en su lugar. No falta nada”. Es la mayor satisfacción para mí como un funcionario del Ministerio del Interior.

Estamos acostumbrados a pensar que los héroes existen sólo en los cuentos de hadas pero Skopje aún recuerda la ayuda de los 10 bomberos de la ciudad de Blagoevgrad, en el suroeste de Bulgaria, que se convirtieron en héroes para los residentes de la capital macedonia, azotada por una gran y devastadora inundación a inicios de agosto de 2016.

David Gálabov, de 30 años de edad, es uno de los condecorados.

La gente nos recibió muy bien pero la situación era grave tanto para nosotros como para los locales –recuerda el bombero– . Fue una inundación a gran escala, con víctimas y muchos damnificados. El premio es una satisfacción y un reconocimiento por el trabajo bien cumplido.

Las “chicas de oro” del conjunto nacional de gimnasia rítmica también fueron honradas con el premio Los Búlgaros dignos del Año. Muy emocionada, su entrenadora, Iva Anánieva, dijo: Por primera vez asisto a semejante celebración y premiación. Quizás esta sea la medalla más valiosa que he recibido como deportista y entrenadora. Nosotras no salvamos vidas, sin embargo, mediante el deporte, formamos búlgaros dignos. Estoy orgullosa de haberme enfrentado a la humanidad de estas personas, destacó Anánieva.

El obispo Sioniy, hegúmeno del Monasterio de Troyán, que logró devolver la gloria del cenobio, también fue uno de los honrados. El abad expresó, humilde, su gratitud por el reconocimiento: Es un gran honor y goce recibir este premio. Lo dedico a la hermandad del monasterio, y también a nuestros donantes que dan su aporte para la restauración y la reconstrucción del claustro que me ha sido confiado. Le oro a Dios que de mucha fuerza al pueblo búlgaro, que eleve nuestro corazón hacia el Bien. Quiera Dios que esto a lo que hoy hemos sido testigos algún día se convierta en hábito.

Otros de los rostros luminosos de Bulgaria son los de un grupo de alumnos de la aldea meridional de Momchílovtsi. Cada año, en Epifanía, después de sacar la cruz lanzada al río, según la tradición, recorremos con aquélla las casas y llevamos a cada hogar la bendición Divina. A cambio, la gente nos da dinero. En vez de repartirlo entre nosotros, lo entregamos a la iglesia del pueblo, que tiene una historia muy antigua y que necesita ser restaurada para quedar para las generaciones futuras, explica cuál fue el motivo de la condecoración Raycho Simidchíev.

La última historia que les contaremos es una prueba de que el Bien engendra y cultiva el Bien. Todo comienza cuando la maestra de Inglés Ludmila Ánguelova, de la ciudad de Asenovgrad, enfermó gravemente. En la campaña, organizada para su tratamiento de la leucemia, participa la ciudad entera pero más que todos la ayudan sus alumnos. La docente se curó y sus estudiantes fueron galardonados como búlgaros dignos para el año 2016.

Ludmila Ánguelova, a su vez, empieza una recolecta de dinero para su alumno enfermo Sinán Murad. Una vez más toda la ciudad ayuda. Lamentablemente, Sinán falleció el 17 de enero del presente año pero uno de sus últimos deseos fue que las 160 mil levas, unos 80 mil euros, recolectadas para su tratamiento sean donadas a otros niños enfermos. Así lo hicieron sus padres, Selma y Shenol Murad.

Nuestro hijo perdió la batalla con la enfermedad –dijo la madre de Sinán– . Muchos búlgaros lo apoyaron reuniendo el dinero. Por eso nosotros lo donamos a otros niños enfermos para que puedan recuperarse.

Otro año más los búlgaros hemos demostrado ser fuertes, capaces, confiados en el Bien y dignos.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: BTA