“Salud y belleza a base de productos naturales y orgánicos” es el lema de la primera en su género feria de productores nacionales. El objetivo del evento es reunir en un lugar a productores consagrados de alimentos y bebidas orgánicos de calidad, cosmética a base de hierbas, aceites esenciales y productos de la naturaleza. En el centro de la exposición, organizada por la Cámara de Industria y Comercio de Bulgaria, están los aceites extraídos de lavanda y rosa.

El stand de Zyumbyul Fúchedzhieva, de la ciudad de Shumen, en al noreste de Bulgaria, atrae por su aroma a los visitantes en el momento de cruzar el umbral de la feria. La actividad de Zyumbyul está relacionada con el cultivo de lavanda. El ciclo, totalmente cerrado, inicia con la labranza de la tierra para la siembra de las semillas de lavanda y culmina con el embalaje de los productos cosméticos ya terminados. Éstos contienen aceite esencial, flor seca o tallos enteros de la planta fragante.

Bailarina de profesión, Zyumbyul ha abandonó el arte para dedicarse a la lavanda, que ocupa su tiempo y planes profesionales. Realiza su producción principalmente en el mercado búlgaro pero tiene clientes regulares de Inglaterra, Holanda y Francia que compran sus productos. La joven mujer sigue los mercados y dice que actualmente Bulgaria es líder mundial en la producción y exportación de lavanda. Explica que esta planta es muy solicitada tanto por la industria cosmética como por la farmacéutica, la de detergentes y productos de limpieza, y también para decorar hogares y áreas de exposición.

Zyumbyul Fuchedzhieva enumera una lista de productos a base de lavanda, de los que sus favoritos son los jabones y sales de baño; los usa para tener energía y tono durante todo el día.

En el país se nota un interés en la lavanda pero la gente sabe poco todavía de las propiedades curativas de esta planta –comenta Zyumbyul– . Si queremos conservar nuestra energía para el día siguiente y recuperar las fuerzas del organismo, la lavanda es un ayudante perfecto para restablecernos. En combinación con sales marinas elimina las bacterias causantes de enfermedades; además purifica el organismo de las toxinas. La producción de plantas etéreas oleaginosas puede ser un medio de vida para una familia, siempre y cuando se tiene deseo, tiempo y energías para dedicarse por completo al trabajo sin ni un solo día de descanso. Lo demás es cuestión de suerte.

Kalina Ilíeva es molinera de larga práctica. Su molino está en la aldea de Gorna Kremena, en la provincia noroccidental de Vratsa. Desde hace poco tiene también una pequeña panadería en Sofía. En la exposición de productos orgánicos participa con la esperanza de que la voz de los pequeños productores como ella sea escuchada. Dice que es difícil luchar por mercado teniendo como rivales los grandes comerciantes harineros, que son respaldados por grandes círculos financieros. No obstante, está convencida de que llegará el día cuando la experiencia y el conocimiento en panadería serán más apreciados. En su tahona Kalina explica a cada cliente los beneficios para la salud de la buena harina.

Nosotros hacemos harina pura natural porque creo que hay que confiar en el producto natural. La tecnología que utilizamos existe desde miles de años y combina la experiencia acumulada por los diferentes pueblos. He aprendido de nuestra tradición pero también de la experiencia extranjera en la selección y el molido del trigo. He examinado la composición del trigo por eso puedo decir que el pan hecho con nuestra harina es equilibrado. La gente rara vez hace diferencia. Los nutricionistas hablan de harinas integrales pero el pan integral se hace, en realidad, de harina molida que contiene de todo, hasta el salvado que yo doy a los animales. En la harina nosotros ponemos germen de trigo, por eso digo que el pan hecho con nuestra harina es equilibrado. En la molienda convencional el germen de trigo va a la basura, y es que en aquél se contienen los sabores y aromas que hacen que un pan sea bueno. Por eso en nuestra harina hay tanto fibras más finas como germen de trigo.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Cortesía de los organizadores y de Guergana Mancheva