Los más ansiosos por sumergirse en la magia de la Natividad son los niños. En cada escuela búlgara se elaboran decoraciones navideñas, se estudian canciones, se explica el simbolismo de las costumbres búlgaras relacionadas con Nochebuena y Navidad.
Las escuelas dominicales búlgaras en el extranjero, llamadas a encender la llama del patriotismo en el corazón de los descendientes de los compatriotas esparcidos por el mundo, no son una excepción. Las celebraciones navideñas organizadas por las escuelas dominicales se convierten en verdaderas fiestas para las comunidades búlgaras extrafronteras porque son una oportunidad para que nuestros compatriotas sientan Bulgaria, pese a encontrarse a miles de kilómetros de ella, y para que los niños aprendan las tradiciones búlgaras para recrearlas y preservarlas.
Los niños están muy entusiasmados con la Navidad que se avecina, comenta, en entrevista concedida a Radio Bulgaria, Lyubov Ilíeva, directora de la escuela dominical búlgara Vasil Levski, en Alicante. A pesar de que algunos de los discípulos de la Escuela regresen a Bulgaria para celebrar con sus abuelos y familiares, el resto prepara cada año una verdadera fiesta.
Cada año es diferente, y este decidimos centrarnos en la Nochebuena –explica Lyubov Ilíeva–. Los niños lucirán trajes tradicionales búlgaros y recrearán cómo se celebraba antaño la Nochebuena en los hogares búlgaros, con el budnik, el grueso leño navideño que el hombre más viejo de la casa traía del bosque. Mediante la reconstrucción presentarán a sus padres todas las costumbres y tradiciones del pasado. Es bastante difícil porque los niños, por lo general, viven separados de Bulgaria y lleva mucho tiempo explicarles cada cosa como, por ejemplo, ¿por qué hay que llevar un traje tradicional o por qué en el pasado la gente solía vestirse así? Nos esforzamos por inculcarles las raíces de la tradición y las costumbres búlgaras para que las lleven en su fuero interno como algo fabuloso y mágico; estas raíces les mantendrán unidos a la familia y a Bulgaria. Recrearemos todas las tareas que realizan los miembros de una familia tradicional búlgara durante la preparación de la fiesta. Habrá también niños koledar que cantarán votos de salud y prosperidad, haremos rosquitas de pan y *survachka. Nuestros alumnos más pequeños, de lasclases que tenemos también en Torrevieja y Elche, presentarán el cuento infantil búlgaro “El abuelo se fue a por nabo.
Los niños búlgaros en Alicante comenzaron a estudiar la lengua materna de forma organizada durante el año escolar 2009/10. En 2012 su escuela fue inscrita en la lista del Ministerio de Educación búlgaro como una escuela dominical oficial, y el Ministerio financia su actividad al 100 %. A las clases asisten 70 niños que estudian Lengua y Literatura búlgaras, Historia y Geografía de Bulgaria conforme los programas estatales para las escuelas búlgaras en el extranjero.
Usamos manuales y cuadernos creados especialmente para esas escuelas–dice Lyubov Ilíeva–. Nuestra escuela existe gracias al apoyo de la Asociación Progreso. La gente de la Asociación es muy activa y trabaja de forma voluntaria para resolver los problemas de actualidad a fin de que la escuela pueda funcionar. La comunidad búlgara en Alicante no es grande ni pequeña. Todos los compatriotas saben dónde se ubica nuestra escuela y asisten a las celebraciones que organizamos por Navidad, por la Fiesta Nacional de Bulgaria, el 3 de marzo, y por el Día de la Escritura Eslava y de la Cultura y Enseñanza Búlgaras, el 24 de mayo.
En cuanto a la próxima Navidad, no faltarán también invitados de Bulgaria.
Vienen muchas abuelas que han llegado a ver a sus nietos y familiares. Recientemente vino una profesora de Historia que habíamos invitado con motivo del Día de los Próceres de la Ilustración Nacional, 1º de noviembre. Dijo que se siente muy contenta porque ni siquiera en Bulgaria había visto a nadie celebrar esa festividad de la manera en que lo hacíamos nosotros. Respondí que este es nuestro pedazo de Bulgaria y que todos nos esforzamos en preservar y celebrar lo que es esencial para conservar y transmitir la cultura búlgara. Y los niños exclamaron: “Entonces, nosotros también somos próceres de la ilustración, ¿verdad?” Esto es lo que es importante: ellos aceptan lo que es búlgaro y estudian la historia y las tradiciones búlgaras para que, algún día, las enseñen a sus hijos y nietos, dice en conclusión Lyubov Ilíeva.
*Survachka – Ramita de cornejo adornada con hilos de lana blancos y rojos, frutas secas, flores de maíz, pimientos secos y un largo etcétera. Es símbolo por excelencia de las fiestas de fin de año en Bulgaria.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal
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