En el mero centro de Sofía y en una proximidad inmediata se yerguen templos de las tres religiones características para Bulgaria: el cristianismo, el judaísmo y el islam. En el centro de la plaza que lleva su nombre se encuentra el templo catedral de la diócesis de Sofía, “Sveta Nedelya”. Evocará el destino que ha tenido este centro espiritual el profesor Jristo Temelski, estudioso desde muchos años de este templo y director del Instituto Histórico Eclesiástico y de Archivos del Patriarcado búlgaro. Señala que la iglesia no había sido creada en el siglo XII, como se estaba considerando hasta no hace mucho, sino que:
Este templo es mucho más antiguo. Su historia se remonta a comienzos del siglo IV, anterior a la adopción oficial del cristianismo. Surgió como un templo familiar de cristianos ocultos y no quedan testimonios de cómo había sido en su forma originaria. A través de los siglos fue sufriendo 8 reconstrucciones. A finales del siglo IV, tras las discordias arrianas, la iglesia fue renovada y trasformada en templo urbano oficial. Durante el reinado de los Asenidas -años 1187 a 1280-, el templo fue ampliado. En el aplastamiento del levantamiento de Chiprovtsi, en el año 1688 fue arrasado e incendiado por los turcos. En las postrimerías del siglo XVII, en el año 1698, aproximadamente, el templo fue restaurado con la ayuda financiera del gremio de abaceros y de dos monjes del Monte Athos. En el año 1820 se gastaron más de 8 mil groschen en la reconstrucción integral, ya que el templo había tenido altos fundamentos pétreos y, encima, un revestimiento de madera. Tras la guerra de Crimea, en 1856, los habitantes de Sofía decidieron remozar el templo, ya que la antigua iglesia, pese a tener cimientos de piedra, estaba hincada en la tierra y no se ajustaba a las exigencias para una catedral diocesana. En septiembre de 1858, cuando Sofía se vio sacudida por un terremoto, una parte de los muros del templo, se desplomaron y hubo necesidad de invertir nuevos recursos en restaurar el templo, los cuales, sin embargo, eran insuficientes. El constructor Petar Kazov, de la ciudad de Peshtera construyó un techo provisional del templo y se fue. Un grupo de habitantes de Sofía reunió dinero e invitó para las obras al constructor Iván Boyanin. Como arquitecto y constructor éste elevó en unos metros la altura de los frisos, construyó un techo de tres cúpulas y de dos pequeños campanarios y cumplió con su promesa de concluir las obras hasta el 26 de octubre de 1863. La elaboración del iconostasio, sin embargo, pospuso la consagración del templo hasta el 11 de mayo de 1867.
A finales del siglo XIX, en 1898, los gestores del templo invitaron al joven arquitecto Nikola Lazarov para embellecer el templo, falto de atractivo por sus pequeñas ventanas enrejadas y paredes enjalbegadas. Él efectuó una reconstrucción radical; hizo un techo nuevo, con una cúpula central, enmarcada por cuatro más pequeñas, construyó un campanario y decoró los muros con pequeños ladrillos.
El templo persistió con esta apariencia hasta el atentado en abril de 1925. La explosión provocó daños en el techo y el muro meridional. En el año 1933 el templo fue restaurado -en la forma en que se le conoce hasta hoy en día-, por los arquitectos Tsolov y Vasilyov, y su consagración se produjo el 7 de abril de aquel mismo año.
El profesor Temelski aclara que cuando el templo fue construido en su aspecto renacentista, sus paredes se quedaron enjalbegadas.
El tallista en madera Antón Stanishev finalizó la elaboración del iconostasio en el año 1865. Los grandes iconos regios, que se pueden ver incluso hasta hoy, las pintó el iconógrafo renacentista Stanislav Dospevski. Se ha conservado asimismo un icono pintado por él, del año 1857, cuya factura, según el testimonio en una inscripción, había sido pagada por Iván Denkoglu, benefactor y empresario de Sofía. El resto de los iconos en el iconostasio fueron obras de diversos iconógrafos que, debido a su modestia, no los firmaron. Tras quedar restaurado el templo por Nikola Lazarov en el año 1906, los gestores eclesiásticos del mismo pactaron un nuevo iconostasio que haría Ivan Travnizki, de origen checo y profesor de la Escuela de Dibujo de Sofía. Éste agregó al iconostasio dos sitiales, uno de obispo y, el otro regio, conservados ambos hasta hoy en día. En el período de 1971 a 1973 y con la bendición del difunto Patriarca Kiril, el templo fue íntegramente decorado con frescos por un equipo dirigido por Nikolay Rostovtsev, iconógrafo búlgaro de origen ruso.
Los habitantes de edad más avanzada de Sofía conocen el templo también por el nombre del Rey Santo, por las reliquias del rey serbio Esteban Uroš II Milutin, canonizado santo. Sus restos fueron trasladados en el año 1460, aproximadamente, a Sofía, por el metropolitano de ésta, Silvanio.
Tras la restauración del templo en el siglo XVII, cuando pasó a ser templo diocesano, las reliquias del rey serbio fueron trasladadas a este templo y se guardan ahí hasta hoy en día. Era por eso que se le llamaba el templo del Rey Santo pero éste siempre ha sido mejor conocido por el nombre de “Sveta Nedelya”, por el hecho de que su sitial central está dedicado a la mártir Nedelya, dice en conclusión el profesor Temelski.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: wikipedia.org y BGNES
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