El tema sobre la economía sumergida, el empleo informal y el trabajo no declarado viene preocupando desde hace mucho a los sindicatos búlgaros. Hace sólo un día una de las mayores centrales sindicales, la Confederación de Sindicatos Independientes de Bulgaria presentaba su proyecto anual que apunta a contrarrestar la economía sumergida, básicamente en cuatro sectores: el comercio, la reparación de automóviles y la formación de conductores de vehículos, la industria ligera, las construcciones y el agro. Desde esta confederación sindical resaltan que la economía sumergida ejerce un impacto negativo sobre el mercado, lesiona los ingresos al erario público, repercute negativamente en el sistema de Seguridad Social y afecta los derechos laborales, sociales, sanitarios y sindicales de los trabajadores. Entre las esferas de mayor riesgo en las que los negocios sumergidos y el trabajo no reglamentado están en condiciones de segar, literalmente vidas humanas, descuella el Comercio y reparación de vehículos y la preparación de conductores de tales. Ya es hora de aprobar un reglamento común que sea respetado por todo el sector y resulta beneficioso para todos, tanto para los pequeños como para los grandes comerciantes de vehículos y de piezas de repuesto en el mercado de Bulgaria, dice Emil Guermanov, presidente de la Unión de Talleres Mecánicos de Bulgaria.

Ahora en Bulgaria no rige ningún reglamento para la realización de servicios de mantenimiento y reparaciones de vehículos, y esto ha abierto la puerta a la importación amplia de piezas de repuesto no reglamentadas para los vehículos como también al trabajo en talleres mecánicos con deficiencias en los que el trabajo no reglamentado tiene amplia difusión. Estos talleres, en su grueso, no se atienen a las exigencias de los fabricantes sobre los servicios técnicos ni asumen responsabilidad alguna por la calidad de la respectiva reparación. Tampoco son acatadas las normas para unas condiciones laborales saludables y seguras. En el nuevo proyecto de ley, en la parte relativa a los talleres mecánicos, se prevé la creación de un registro público para cada una de las operaciones de reparación y para la responsabilidad concreta por la misma. Nosotros, como agentes de los talleres mecánicos en todo el país representamos a la mediana y pequeña empresa, y no a la Asociación de los Importadores de Vehículos. No obstante, tanto para nosotros como para ésta, la economía sumergida es muy perniciosa, ya que conduce a una serie de infracciones que entorpecen la competencia leal.

Según datos recopilados y analizados por la organización gremial de los dueños de talleres mecánicos, Bulgaria tiene el parque automovilístico más obsoleto en Europa. Según información oficial de la Dirección General de la Policía Nacional, el número de los coches matriculados en el país es de más de 4 200 000. De ellos 3,5 millones son viejos de más de 10 años, y de más de una veintena de años hay 1,5 millones de coches. Se conserva la tendencia de una media anual de matriculaciones de 300 000 a 310 000 coches, y los coches nuevos representan un 10 % de esta cifra. Bulgaria ostenta el primer puesto por mortalidad en accidentes automovilísticos y esto es consecuencia también del obsoleto parque automovilístico, inseguro y deficientemente mantenido. Ahora se va a producir una nueva oleada en Bulgaria, de los coches diésel procedentes de Europa Occidental, señala Emil Guermanov. La exportación de coches diésel de segunda mano de Alemania en sólo un año ha subido un 20 % para llegar a 239 541 autos. Sus destinos más frecuente son Ucrania, Croacia y, en tercer lugar, Bulgaria, un 27,7%. Qué cabe esperar a consecuencia de esta importación de coches: ¿un mayor número de autos nuevos por las carreteras de Bulgaria o bien una mayor contaminación del aire?

Emil Guermanov ofrece su pronóstico diciendo: Cabe esperar, en breve, unos automóviles que para nosotros resultan novísimos. Se ajustan a la Normativa Euro 6, es decir, al estándar ecológico europeo más elevado que define los valores permisibles de los gases de la combustión emitidos al entorno natural. Partiendo de esta normativa, Alemania ha prohibido la circulación de los coches diésel en determinadas ciudades y toda persona que maneja un coche de este tipo en arrendamiento, al final del período del mismo lo debe devolver, ya que no podrá utilizarlo a plenitud. De esta manera las concesionarias de autos comienzan a vender estos vehículos básicamente en países en que este mercado no sufre restricciones. Los búlgaros somos los únicos en adquirir coches ya usados durante 7 o 10 años. Es la edad que tienen los coches vendidos en masa en Bulgaria. Estos autos diésel que actualmente salen del mercado extranjero son bastante más nuevos, de 3 a 4 años de edad. Ello, hasta cierto punto, es una ventaja para nosotros pero ahora el precio de tales coches es superior al habitual que los usuarios búlgaros pueden permitirse el lujo de abonar. Este tipo de auto tiene un precio que oscila de 28 000 a 30 000 euros, a condición de que haya tenido, como coche flamante, un precio de 60 a 70 mil euros. Muy probablemente esperaremos a que su precio baje a unos 20 000 euros y luego iniciaremos su importación. Creo que esto nos resultará beneficioso porque la Normativa Euro 6 es una norma muy rigurosa y muy atenta con el impacto ambiental. En fin, no cabe hacer cualquier comparación entre un auto de 3 años y otro, de más de 20, que es el más frecuente en las carreteras de Bulgaria.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo