Cuando uno empieza a dudar de la conveniencia de los valores que rigen su vida, cuando sucumbe al desaliento y comienza a tambalearse su fe en un porvenir mejor, siente necesidad de retornar a la fuente límpida y natural de sabiduría y esperanza. La encontramos en el recuerdo de nuestros héroes nacionales, nos inspiramos en el extenso folclore de nuestro pueblo. Fue precisamente el ansia de vivir cada instante, hombro con hombro con sus paisanos del terruño de su ciudad natal, la que hizo que una mujer búlgara joven y ambiciosa retornara a la patria tras haber residido en los EE.UU. Diana Dimitrova es oriunda de la ciudad de Elin Pelin, próxima a Sofía, y ha vivido en el extranjero casi una docena de años.

He nacido en esta ciudad que ha dejado su huella indeleble en mi vida, es un lugar excelente para la crianza de hijos y lo que quiero es que mis tres hijos se críen aquí”, dice Diana y continúa: Regresé con mi familia de los EE.UU. hace tres años y no podía encontrar un lugar que me agradara para invertir en el trabajo toda mi energía. Comencé una actividad pública activa, organizamos una recolecta de firmas para la construcción de nuevas instalaciones de juegos para los niños, desplegamos una campaña de donación de sangre. En un momento determinado me contactó el alcalde de Elin Pelin, Ivaylo Simeonov, quien me invitó a que me incorporara a su equipo. Arguyó que en el municipio existía una necesidad de disponer justamente de personas tan enérgicas como yo, con ansias de trabajar por el bien común. Fue así como me inicié en la labor de experta sénior en relaciones Públicas en el Ayuntamiento de la ciudad. Formar parte de la administración tiene sus ventajas e inconvenientes pero creo que ha llegado la hora de que las personas más jóvenes, de ánimos más positivos, sean una especie de sangre fresca que se incorpore a la Administración Pública. Los problemas nunca van a acabar pero, lamentablemente, se derivan de nosotros mismos. Es que si no cambiamos nuestro comportamiento, nuestra mentalidad, nada cambiará jamás. Tenemos argucias y astucias en demasía al soslayar las leyes, evadir el pago de impuestos, no pagar por un trabajo hecho. Es que todo esto en un futuro lo deberemos pagar con creces. Por desgracia, nuestros hijos al vernos actuar así aprenden que ellos también lo podrán hacer impunemente. La culpa por la falta de castigos la tenemos nosotros, y esta inexistencia de sanciones es la que engendra males mayores.

El municipio de Elin Pelin tiene en Bulgaria fama de sede de gran número de concursos y certámenes del folclore que se organizan en la plaza central de la localidad. El 6 de abril se organizará la actividad llamada “Bailando la ronda joró con los shopes”, se han iniciado también los preparativos para el Día de San Lázaro. En 2019, la festividad más grande será la de la “Fiesta de los Shopes”, del 17 al 23 de junio próximos, cuya quincuagésima edición se celebrará este año. El programa lo integran gran número de actividades de recreación de antiguos ritos y tradiciones. Hay asimismo otras iniciativas patrióticas que se dirigen en especial a los habitantes de más corta edad de la ciudad. Se organizan regularmente reuniones y charlas del club, “Soy un niño búlgaro”, en las que son evocadas la vida y el heroísmo de las personalidades más encumbradas de la historia búlgara. Es que a los niños no se les cuenta suficientemente sobre la vida y obra de los mayores héroes de nuestra historia: Levski, Rakovski, Botev, y los chiquillos ansían conocer más información sobre ellos, dice Diana Dimitrova.

Es por ello que hemos creado este club en el que organizamos nuestra charlas cada tercer y cuarto domingo de cada mes. El interés es enorme. El mes pasado hablamos de la vida de Levski ante más de un centenar de niños ávidos del saber.



La reunión más reciente en marzo versó sobre el tema “Los héroes anónimos de los combates en el pico Shipka”. En este mes de abril, el día 21, dedicaremos nuestra charla a Raina Popgueorguieva, conocida por el nombre de Raina la Princesa, maestra de escuela y partera de la localidad de Panaguiuriste, quien confeccionó la bandera del Levantamiento de Abril de 1876 contra el dominio otomano. Creemos que nunca serán suficientes nuestras referencias al heroísmo y el sacrificio de nuestros antepasados. Esperamos poder habilitar en la ciudad un “Paseo de los soberanos búlgaros”. Dibujaremos en la fachada de una de las escuelas las efigies y los nombres de quienes fueron gobernando Bulgaria, como también los años de sus reinados. Así estos datos resultarán más fáciles de recordar y, además, serán un peculiar recordatorio de que nuestro Estado fue creado hace trece siglos y medio, de lo que hemos de enorgullecernos como búlgaros, concluye Diana Dimitrova.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal