El inventor del “gas de Brown” u oxihidrógeno, el búlgaro Ilía Valkov, es conocido en los círculos científicos como el científico australiano Yull Brown porque emigró a Australia a mediados del siglo pasado. Allí, en 1971, hizo realidad su sueño más audaz: obtener oxihidrógeno a partir de la electrólisis, que divide la molécula de agua en oxígeno e hidrógeno en proporción de 1: 2. En química, el compuesto resultante de la división se conoce como “gas detonante” que se quema mediante combustión. El científico, sin embargo, consiguió transformar este proceso en implosión, que describe de la siguiente manera: Tomo el agua, la convierto en gas, uso su energía y luego lo vuelvo a convertir en agua. Es un ciclo circular infinito.
Ilía Valkov aprovechó el gas que obtuvo para propulsar un automóvil que recorrió una distancia de 1,600 km. En lugar de combustible usó agua y baterías que convierten el agua en oxihidrógeno. Lamentablemente, el invento del Prof. Ilía Valkov se encontró con el escepticismo de la comunidad científica, que afirma que las propiedades del “gas de Brown” no se ajustan a las leyes de la termodinámica y la química. No obstante, encuentra aplicación en la fabricación de generadores de oxihidrógeno, la creación de mezclas de gases para el buceo en aguas profundas con escafandra autónoma, así como de un quemador de gas que puede fundir y soldar metales y cortar diferentes materiales.
Siguiendo el invento de Ilía Valkov, otros dos científicos búlgaros han desarrollado y patentado recientemente una instalación para la extracción de oxihidrógeno y de recursos minerales del agua de mar. El proyecto realizado por los ingenieros Chavdar y Plamen Kamenarov, financiado por el Programa Operativo de Innovación y Competitividad en Bulgaria, es un gran logro en el ámbito de las fuentes de energía renovables.
Nuestro objetivo inicial era obtener energía a partir del agua, pero a lo largo del proceso de trabajo resultó que lo que obtenemos como residuos es mucho más valioso que el oxihidrógeno en sí –explica el Ing. Chavdar Kamenarov– . En lugar de obtener energía, hemos obtenido recursos minerales. Así surgió la idea de usar el oxihidrógeno producido por nuestra instalación para extraer minerales en forma de residuos muy ricos en polímeros.
Lo interesante en este caso es que la fuente de energía, que es el agua del mar, es inagotable y la tecnología permite la acumulación selectiva de algunos metales en detrimento de otros. Además, su extracción es conmensurable con la de los yacimientos de minerales, con la diferencia que éstos son agotables. Otra gran ventaja de la tecnología en cuestión es que no contamina el medio ambiente, por el contrario, puede ser utilizada para purificar las aguas industriales altamente contaminadas.
Además de la extracción de recursos minerales, a través de la combustión del oxihidrógeno también se obtiene agua potable del mar –prosigue el Ing. Kamenarov– . En una etapa posterior, esta tecnología se podrí utilizar como una instalación de energía para incinerar los residuos domésticos y convertirlos en energía térmica o eléctrica. La presencia de oxihidrógeno reduce la toxicidad pero no la elimina, esto requiere la construcción de plantas de tratamiento del aire. Además, la instalación que hemos creado también se puede usar para limpiar tanques de relaves donde se acumulan residuos radiactivos, que son altamente dañinos. El oxihidrógeno se usa en China para neutralizar los residuos de las centrales nucleares.
A finales de septiembre, el invento será presentado a la comunidad científica y representantes de los círculos industriales que se reunirán en la ciudad de Plovdiv.
Versión en española de Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal
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