Dimitrios Chronopoulos es el nuevo embajador de Grecia en Bulgaria. Llegó a Sofía hace poco, pero ya ha subido al monte Vitosha porque a él y a su esposa les encanta caminar y conocer la capital búlgara paseando por los mercados y lugares donde se reúnen los ciudadanos. El embajador tiene previsto visitar Plovdiv y Veliko Turnovo, la costa del Mar Negro y el Monasterio de Rila.

Con motivo del 28 de octubre, la segunda fiesta nacional más importante de Grecia, Su Excelencia el sr. Chronopoulos nos recibió en la Embajada y manifestó lo bien que se siente en Bulgaria. La conversación comenzó con sus primeras impresiones de Bulgaria y pasó luego a los temas bilaterales actuales.

Las relaciones entre Bulgaria y Grecia ya están en una etapa de madurez, afirma Dimitrios Chronopoulos. Ambos países tiene los mismos intereses. El Gobierno griego me ha encargado que desarrolle nuestra política con otros países balcánicos en base a nuestra cooperación con Sofía. Quiero decir que Atenas considera a Sofía un socio estratégico y quiere un desarrollo directo de las relaciones en todas las direcciones. Del mismo modo en que nuestros dos países han conseguido suavizar sus relaciones, también deben hacerlo todos los países de los Balcanes, y Atenas y Sofía deben desempeñar un papel importante en este proceso. Y del mismo modo en que nuestros respectivos países han logrado la membresía plena en las instituciones euroatlánticas, también debemos ayudar a nuestros vecinos a lograr ese objetivo tan pronto como sea posible. Tenemos interés en que esto suceda porque esto garantizará la estabilidad de nuestra región.

¿Tienen los dos países planes comunes para hacer frente a los desafíos actuales?

 Bulgaria y Grecia son igualmente conscientes de los desafíos contemporáneos y tienen un entendimiento común del concepto de seguridad en el siglo XXI, dice el embajador griego. Por ejemplo, Bulgaria y Grecia no son la causa del problema de los refugiados, pero deben lidiar con sus consecuencias. Nuestros países se encuentran a la entrada de las oleadas de refugiados. Una muestra de que nuestros dos países son conscientes del problema como algo común es su decisión del 7 de octubre, junto con Chipre, de plantear al Consejo de Justicia y Asuntos de Interior en Luxemburgo la necesidad de que Europa se centre en este problema, que no es solo europeo, sino un problema global que debe ser resuelto no solo a nivel de Bruselas, por todos los Estados miembros, sino también a nivel mundial por las Naciones Unidas.

Otro tema candente es la energía.

En el sector energético, Bulgaria y Grecia desarrollan dos programas de importancia estratégica, dice el sr. Chronopoulos. Uno es el sistema de interconexión gasística Grecia-Bulgaria (IGB), firmado el 10 de octubre, y el otro es la intención de Bulgaria de invertir en la construcción de una estación flotante de licuefacción de gas en las aguas de Alejandrópolis. Ambos programas diversificarán las fuentes de energía de Europa.

Los griegos esperan que la situación financiera de los búlgaros continúe mejorando para invertir aún más en su territorio, afirma el Embajador.

En lo referente a los negocios, los griegos invierten en Bulgaria alrededor de 4.000 millones de euros (teniendo en cuenta el capital griego que viene de otros países), y proporcionan alrededor de 65.000 empleos, lo que supone alrededor del 5% del Producto Interno Bruto (PIB). También esperamos que aumenten las inversiones búlgaras en Grecia.

En los últimos años, los intercambios culturales entre los dos países han aumentado notablemente. Entre los planes de futuro de la Embajada destaca el 140 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Bulgaria y Grecia, que se cumple en 2020.

Hoy es 28 de octubre, la fiesta nacional de Grecia, dedicada a una palabra: los griegos celebran la palabra "no", que para ellos es una reacción a cualquier intento externo de entrar a la fuerza en su territorio y privarlos de su libertad. Su Excelencia el sr. Chronopoulos opina que esta es una actitud que todos los pueblos deben adoptar si quieren preservar su identidad.

Versión en español por Marta Ros