¿Renunciarán a su negocio en Bulgaria los gigantes mundiales en el terreno de las reservas en línea de habitaciones y apartamentos para alquilar temporalmente, del tipo de Airbnb, Booking.com, Expedia, la red social Facebook, entre otros? Han estructurado justamente en Bulgaria una infraestructura de dueños de lugares para el alojamiento y de clientes para éstos y ahora las autoridades deciden regular su negocio e implementar reglas que no son del agrado de cada uno.
Es lo que precisamente lo propuesto por dos diputados búlgaros: Valeri Simeonov, vicepresidente de la Asamblea Nacional y jefe del Frente Nacional por la salvación de Bulgaria-socio en el gobierno de coalición de Bulgaria-y Menda Stoyanova, presidenta de la Comisión Parlamentaria para el Presupuesto. Los dos no son unos cualesquiera y no son personas que acometan algo que esté previamente condenado al fracaso. Su idea apunta a legalizar la actividad de los propietarios de unos 10 000 pisos en el país que los conceden en alquiler temporal a través de las mencionadas plataformas online, que generan una facturación del orden de 1 700 000 euros al año. Un tercio de la oferta se encuentra concentrado en Sofía donde la media de ocupación frisa el 56% y la renta media mensual por piso alquilado llega a 465 euros. Hasta este momento se trataba únicamente tanto de personas físicas individuales como de firmas. No tenían obligación alguna con respecto a las autoridades ni en lo tocante al derecho de conceder en alquiler sus bienes raíces, en conformidad con las leyes vigentes en el país para gravar los ingresos. Ahora con las enmiendas incorporadas a la Ley de Turismo, las cuales deberán ser aprobadas con la Ley del Presupuesto Público para 2020, las cosas cambian., con el fin de legalizar este tipo de negocio. En un principio la idea apuntaba a que estos lugares de alojamiento fueran homologados con estrellas, como los hoteles, y se inscribieran en el Registro Nacional de lugares de alojamiento.
Bajo la presión de la opinión pública y de los círculos profesionales en el turismo, la exigencia de poner estrellas ha sido suprimida y ahora sólo permanece la necesidad de una inscripción con todo lo que de tal registro se deriva: trabajar con la Administración del Estado, pagar tasas e impuestos etc. El sector turístico ha reaccionado con cautela a los cambios planeados. Algunas valoraciones extremas han llegado a la conclusión de que la regulación de este negocio no se propone sino su aniquilación. Otros han advertido que surgirán problemas con la Administración estatal y municipal, los cuales entorpecerán el trabajo de quienes conceden bienes inmuebles en alquiler.
Toda persona que genere rentas deberá pagar impuestos. No obstante, hay que actuar con mucha atención en el empeño por regularlo todo.es que nuestro mercado se encuentra excesivamente regulado, ha comentado Daniela Stoeva, presidenta de la Asociación de Turoperadores y Agentes Turísticos de Bulgaria. Los promotores de los cambios están convencidos de que éstos no harán mella en los usuarios de tales servicios ni en las plataformas de reservas online. El efecto esperado sería la retirada eventual del mercado de algunos de los agentes menos activos en conceder bienes raíces en alquiler. El objetivo es que todas esas personas comiencen a pagar sus impuestos como todos los demás cuyo trabajo es transparente. No nos proponemos ni poner pegas al negocio con un peso administrativo ni frenar las operaciones de las plataformas online en el marcado búlgaro, ha recalcado Menda Stoyanova.
Los cambios se han confeccionado sin ningún análisis económico de las consecuencias que tendrían en las personas dueñas de tales pisos y en el turismo en general. Muchos de los turistas en Sofía tienen presupuestos bajos y prefieren plataformas como la Airbnb. Si prohibiéramos estas plataformas esos turistas no llegarían a Sofía, se suspenderían los vuelos a la capital búlgara y de ello saldría perdiendo todo el sector turístico nacional, considera Boris Pavlov, gerente de la compañía de gestión de bienes inmuebles en Airbbnb Flat Manager. Cualesquiera que sean las consecuencias de las medidas legislativas propuestas resulta más que evidente que las grandes plataformas de reservas online de lugares de alojamiento no renunciarán a su presencia en Bulgaria, país que sin ser un factor decisivo r en el mapa turístico mundial, atrae, con todo, casi 9 000 000 de turistas extranjeros al año,-cifra que supera holgadamente el número de sus habitantes- y a este sector corresponde el 13 % del PIB del país.
Versión en español por Mijail Mijailov
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