Los grandes enigmas: sobre el origen del Universo, sobre el viaje en el tiempo, sobre la existencia de un intelecto extraterrestre, sobre cómo llegar a otros planetas…, ocupan la mente del joven científico búlgaro Deyán Mihailov desde la adolescencia. De niño pasaba mucho tiempo reflexionando en cómo era posible que el Universo no tuviera límites y ya en el instituto se había dado cuenta de que no podía haber para él otro camino que servir a la ciencia. Su vocación lo llevó a Oxford y Cambridge, donde terminó sus estudios universitarios y un doctorado en astrofísica.
En el último milenio hemos conseguido responder a muchas preguntas relacionadas con la astronomía y la astrofísica, pero ellas plantearon otras, aún más difíciles, a las que todavía no logramos encontrar respuestas, dice Deyán Mihailov y agrega que según él este proceso no terminará jamás y habrá nuevos hallazgos que provocarán nuevos interrogantes. Nos da como ejemplo el descubrimiento de las ondas gravitorias, que Einstein preveía un siglo antes y que abren una ventada para el estudio del Universo. Sobre eso mismo trabaja ahora él mismo en uno de los institutos Max Planck en Berlín.
Cuando en 2015 fueron detectadas por primera vez ondas gravitorias, éste fue un momento de viraje para el desarrollo de la astrofísica –dice Deyán− . Hasta entonces los astrónomos contaban únicamente con la luz que llega desde objetivos lejanos para estudiarlos, ahora ya pueden oír incluso su movimiento. Yo comencé mi doctorado unos meses antes de haber sido detectadas las ondas gravitorias y tuve la oportunidad de sumarme a este esfuerzo internacional desde el principio mismo. Mi trabajo se concentró en las ondas gravitorias llamadas de frecuencia baja las cuales, si algún día llegan a ser detectadas, nos explicarían cómo se originó el Universo y cuáles fueron los primeros procesos después de la Gran Explosión.”
Durante sus estudios de posgrado en Cambridge Deyán Mihailov tuvo la suerte de encontrarse con Stephen Hawking. El genial astrofísico incluso tomó parte en un seminario del científico búlgaro.
Stephen Hawking me motivó a ir a Cambridge. Él había convertido el instituto local en un centro mundial para el desarrollo de la astrofísica –añade el joven− . Por eso mi primer encuentro con Stephen Hawking fue un momento de gran emoción para mí. Mientras estudiaba en Cambridge tuve la posibilidad de conversar con él varias veces y las cuestiones que le formulé estaban relacionadas con el futuro de la astrofísica después del descubrimiento de las ondas gravitorias y si algún día llegaríamos a encontrar respuestas a los enigmas que él mismo no ha conseguido descifrar. Él declaraba su certeza de que este día sí llegaría, dentro de diez o de cien años, porque la gente será impulsada siempre por la emoción y la curiosidad de conocer más y más cosas sobre el Universo.
Quisimos saber si el joven científico búlgaro comparte la opinión de Stephen Hawking de que dentro de unos cuantos siglos la humanidad destruirá la Tierra, por lo cual deberíamos buscarnos otro hogar.
Siempre hay que tener un plan de reserva, por si algo le ocurre a nuestro planeta y llega a destruirla: algún fenómeno de la naturaleza, algún asteróide o una guerra mundial – responde− . La raza humana tiene que sobrevivir y por eso debemos lograr a establecer sin falta una colonia en otro planeta. La primera y más próxima posibilidad la tenemos con el Marte donde, aunque de forma muy difícil y muy cara, podríamos fundar una colonia en los próximos 10 a 20 años. La verdad es que para otros planetas no disponemos todavía de la tecnología necesaria, pero hace doscientos de años nuestros antepasados tampoco tenían los recursos de llegar a la Luna y al Marte. Por eso es muy importante seguir avanzando y haciendo cosas nuevas, por imposibles que parezcan en el momento, pues las nuevas tecnologías nos permitirán realizar nuestros planes.
Deyán Mihailov declara que estaría encantado de vivir algún día en el Marte, pero mientras tanto dedicará sus esfuerzos en aras de su gran objetivo: saber qué se produjo en los primeros instantes después de la Gran Explosión.
Versión en español de Katia Dimánova
Fotos: archivo personal
"Niño búlgaro yo soy, del verdor de nuestras montañas estoy fascinado; búlgaro llamarme es de mi máximo agrado", escribía con orgullo Iván Vazov, el patriarca de la literatura búlgara, en Bulgaria tras la Liberación en 1878. Hoy, un..
Los búlgaros de Besarabia son una parte “indisoluble del cuerpo búlgaro, de la comunidad búlgara espiritual y cultural. Persistirán ya que el lazo entre ellos y nosotros es inquebrantable”, se señala en el único número del periódico Besarabia búlgara..
La vida de los búlgaros en la República Checa es muy ajetreada. Trabajan en masa en distintas fábricas, el trabajo es por turnos, el cansancio se acumula y la gente no quiere viajar a la capital un domingo sólo para poder votar. Así explica Irena..
No hay estadísticas exactas sobre el número de búlgaros en el extranjero, pero un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores del año pasado..
La Embajada de Francia y еl Instituto Cultural Franc és reunieron a científicos que compartieran su experiencia en relación con los retos científicos..
La trigésima tercera misión polar búlgara zarpa hacia la Antártida para continuar sus estudios científicos en cooperación con estudiosos de distintos..