El coronavirus ha llegado a Bulgaria en un momento bastante complicado. Desde el territorio de Turquía miles de personas están pujando por entrar en la UE y pese a que no cuentan con grandes oportunidades para sortear las vallas fronterizas estrictamente custodiadas, la situación sigue siendo preocupante tanto para la población como para las autoridades de Bulgaria. Dentro de ésta existe una segunda oleada de la gripe invernal estacional, los escolares están de vacaciones por la gripe, se han suspendido las visitas a pacientes en los hospitales, se han cancelado intervenciones quirúrgicas planificadas. Cuando a todo lo anterior se sumaron este último fin de semana los primeros casos de coronavirus registrados en Bulgaria, se decretaron inmediatamente medidas de emergencia para localizar el contagio y eliminar el pánico de la población. La situación se encuentra bajo control, la vida sigue su ritmo con perturbaciones soportables y restricciones moderadas pero nadie es capaz de aventurar cómo irán evolucionando las cosas en lo sucesivo.
Sobre este telón de fondo, no hay manera de que la empresa nacional siga serena y sin prepararse para la desfavorable situación y las conmociones tanto en el mercado interno como en los exteriores. La crisis es global y la alarma va cundiendo a cada vez mayor número de países. El problema es que Bulgaria mantiene con muchos de ellos lazos económicos y comerciales muy fuertes y que de estas relaciones dependen, en gran medida, las empresas búlgaras que tienen un rol importante en vistas al crecimiento del PIB, el descenso del paro y el aumento de los ingresos. En videoconferencia con la participación de los líderes de Israel, Hungría, Rumanía, Italia, Austria y Chipre, el primer ministro de Bulgaria, Boyko Borisov, ha resaltado que Es importante que el mundo haga un esfuerzo y encuentre una solución porque las crisis económica y financiera están a la vuelta de la esquina. La Célula Operativa Nacional anticrisis ha prometido contra el contagio medidas que no lesionen los negocios.
A juzgar por los países más fuertemente contagiados por los brotes del COVID-19, se ve que la economía búlgara está afrontando un buen número de retos y pruebas nuevos. Los expertos estiman que los más perjudicados resultarán los sectores del turismo, el transporte, la industria del entretenimiento y las industrias que funcionan básicamente para la exportación. Ya se han cancelado reservas de vacaciones estivales en balnearios búlgaros del mar Negro y si la tendencia persiste acabará amenazada toda la economía de Bulgaria, puesto que al turismo corresponde casi un 12 % del PIB. Esta amenaza se va agrandando por las tendencias, ya manifiestas, de una desaceleración de las economías de los países comunitarios más importantes, que son socios comerciales principales de Bulgaria. Esto se traducirá, en la práctica, en un menor número de pedidos de contrapartes extranjeras a empresas búlgaras, para algunas de las cuales este descenso podría resultar fatal.
La industria del entretenimiento se verá inevitablemente afectada por las restricciones fuertes para las manifestaciones públicas multitudinarias, ya sean deportivas, musicales, teatrales, cinematográficas, culturales etc. Por lo que está ocurriendo en los países de Europa Occidental más fuertemente golpeados por el coronavirus se puede deducir que también sufrirán daños el sector gastronómico y la hostelería de Bulgaria. No habrá persona preocupada por cuidar su salud que se arriesgue a participar en manifestaciones multitudinarias.
También peligra el sector del transporte, por el encogimiento de comercio y la bajada de los viajes. Algunos expertos económicos de talla mundial consideran que por la epidemia y los temores que está provocando se está notando una reducción tanto de la demanda como de la oferta. La prueba más contundente de ello es la dramática desaceleración del crecimiento en China, el país más golpeado por el COVID-19, en el que sólo en lo que va de año se han reducido nada menos que un 17% las exportaciones. Se observan caídas también en las bolsas mundiales y esto es, igualmente, indicativo de una disminución de la confianza de los inversores y de retraso en la actividad económica.
La Empresa búlgara no es una isla solitaria y se verá inexorablemente afectada por los procesos a nivel mundial. No obstante, la Empresa nacional es también flexible y adaptable. Las empresas más pequeñas-que constituyen más del 90% del total – son capaces de ajustarse con mayor facilidad y rapidez a una situación nueva, en función de las circunstancias concretas. Así lo ha señalado, entrevistado por Radio Nacional de Bulgaria, Vasil Velev, presidente de la Asociación del Capital Industrial de Bulgaria.
De una manera u otra, el crecimiento económico, oficialmente estimado en un 3,3%, no será alcanzado y bajará hasta un 3%.Esto se deberá al agotamiento de las posibilidades del mercado laboral, al consumo interno y exportable vacilante y a las tímidas inversiones foráneas. El descenso probable no es despreciable y trastrocará numerosas cuentas tanto en el terreno económico como en el país en su conjunto.
Versión en español por Mijail Mijailov
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