Sobre el telón de fondo de las protestas “a favor” y “en contra” del Gobierno, ha quedado relegado, hasta cierto punto, a un segundo término el importante tema del ingreso de Bulgaria al Mecanismo Europeo de Tipos de Cambio (MEC II) y a la Unión Bancaria, como paso indispensable anterior al acceso del país a la Eurozona. Es que, sin lugar a dudas, este acto ha sido un adelanto de Bulgaria en su camino hacia las economías europeas desarrolladas, con el que se han coronado de éxito los esfuerzos de varios Gobiernos búlgaros en este sentido.
Al anunciar la noticia, el Banco Central Europeo (BCE) ha señalado que el acceso de la moneda búlgara, el lev o BGN, a la llamada “antesala” va acompañado por el compromiso de las autoridades búlgaras en conservar la estabilidad económica y financiera y conseguir una aproximación sostenible a la economía de la Eurozona. El BCE ha fijado tipo de cambio básico para la conversión de la moneda búlgara en euro de 1,95583 BGN por 1 euro, con la conservación del consejo de control monetario vigente en el país desde 1997. ¿A qué han obedecido todos estos esfuerzos de Bulgaria por acceder al MEC II?
Como es sabido, a raíz del Mecanismo de Tipos de Cambio, creado el 1 de enero de 1999, se garantiza que las oscilaciones en la cotización del euro frente al resto de las monedas de los países de la Unión Europea (UE) no violarán la estabilidad económica en el marco del mercado único. También tiene por cometido ayudarles a los países al margen de la zona euro a irse preparando para su participación plena en ella.
En virtud del MEC II, la cotización central de la moneda nacional de un Estado al margen de la Eurozona se fija con respecto al euro, y las oscilaciones en esta cotización pueden fluctuar en el marco de límites rigurosamente fijados. Para Bulgaria la oscilación es de un 15%, positivo o negativo. Si Bulgaria consigue respetar esta exigencia durante al menos dos años, podrá acceder a miembro de pleno derecho de la zona euro.
Por otra parte, pese a la crisis de las deudas del año 2008 y los augurios de una desintegración de la UE y su moneda, el euro sigue ocupando el segundo puesto por su importancia como moneda de reserva global, después del dólar estadounidense. Por esta razón en el Este de Europa la incorporación a la Eurozona está siendo concebida como forma para incentivar la inversión y elevar la prosperidad y, en muchos casos, como forma para “romper” con el pasado comunista.
“Nos espera un porvenir nuevo y una calidad de vida nueva −ha comentado a Radio Nacional el acceso de Bulgaria al MEC II el Prof. Grigori Vazov, miembro del Consejo Fiscal de Bulgaria y director de la Escuela Superior de Seguros− . Se abre ante nosotros una perspectiva de varias orientaciones económicas básicas. Primero, disfrutaremos de una estabilidad de los precios radicalmente distinta. Tras pasar por las exigencias del MEC II, que puede llevar de 3 a 4 años, dispondremos de otro año más durante el cual se irá ajustando técnicamente el mecanismo para la adopción del euro. En este período deberemos ostentar un nivel elevado de estabilidad de los precios y una tasa inflacionaria no superior al 1,5%. Lo bueno para Bulgaria es que, independientemente del impacto de la pandemia de Covid–19, los pronósticos europeos indican que tanto en 2020 como en 2021 este país mantendrá una tasa inflacionaria de un 1%. Me refiero a una nueva calidad de vida, nueva calidad de la gestión del Estado, de los sistemas financiero y bancario. El segundo efecto de peso se traduce en la estabilidad de las finanzas públicas: el déficit público no podrá sobrepasar el 3% del PIB ni la deuda pública podrá superar el 60% del PIB. El tercer elemento estriba en la estabilidad de la cotización de la moneda nacional, que es garantizada por el consejo monetario que rige en Bulgaria desde hace años y por esto tenemos buenas posiciones de partida. Y lo más importante reside en la estabilidad garantizada de los tipos de interés que gravan los créditos a largo plazo ya que esto da perspectivas a los empresarios”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos. BGNES, Banco Central Europeo
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