El 23 de septiembre marca el 97º aniversario de la insurrección de 1923, que duró ocho días y fue reprimido con extrema crueldad.

“Esta insurrección es la culminación de la sangrienta guerra civil en Bulgaria, en la que a ambos lados de la barricada perdieron la vida miles de búlgaros −decía unos años atrás el historiador Prof. Gueorgui Markov en una entrevista con la agencia Focus, en la que evocaba aquellos acontecimientos históricos− . Cabe decir que el levantamiento se llevó a cabo por orden del *Komintern. En aquella época, Stalin quería demostrarle al mundo que en Europa había una segunda ola revolucionaria. En Moscú decidieron organizar dos levantamientos: uno, del Partido Comunista Alemán, en Hamburgo, y el otro en Bulgaria. Nótese que Dimítar Blagoev, el fundador del movimiento socialista organizado en Bulgaria, estaba en contra de la insurrección, la condenó, señalado que fracasaría. El Ejército cumplió su deber y aplastó el levantamiento. Se cometieron atrocidades por ambos bandos. En el noroeste del país también se fusiló a rehenes. Además del Ejército, actuaban formaciones paramilitares voluntarias al estilo alemán, integradas por oficiales y suboficiales de la reserva que ayudaban a aquél a sofocar la insurrección. Murieron entre 5.000 y 6.000 búlgaros; no los divido en comunistas y fascistas”.

Pueden conocer más detalles sobre los acontecimientos de septiembre de 1923 en el escrito “La Insurrección de Septiembre: una página trágica en la historia de Bulgaria” de los archivos de Radio Bulgaria.

*El Komintern o Internacional Comunista fue una organización internacional, fundada en la capital rusa Moscú en 1919, que agrupaba a los partidos comunistas de distintos países.​