En los tiempos de una pandemia de Covid−19, los vuelos que aterrizan en aeropuertos internacionales constituyen una experiencia estresante. No obstante, el miedo a lo desconocido y la incertidumbre no son óbice a que mucha gente haga su equipaje y ponga rumbo al destino anhelado. Y si el destino en cuestión es un centro vacacional del litoral búlgaro del mar Negro, las preocupaciones carecerían de fundamento alguno, ya que en los aeropuertos de Varna o Burgas los pasajeros serán acogidos personalmente por especiales asistentes asesores en temas del Covid.
Estos funcionarios tienen por misión reducir al mínimo la sensación de vulnerabilidad y despiste por los constantes cambios en las restricciones y las medidas antiepidémicas. Y ¿cómo lo hacen? Pues asegurando a los pasajeros un tránsito rápido y seguro por las ventanillas y mostradores y las áreas comunes de la Terminal aeroportuaria, respetándose la señalización de distancia física y las prescripciones sobre la seguridad en la zona de las cintas de equipaje. Y no sólo esto.
“Nuestros agentes anti−Covid son fáciles de reconocer −dice Martín Dimitrov, jefe del Departamento de Gestión de la terminal del Aeropuerto de Varna− . Visten chalecos especiales de color anaranjado con la inscripción reflectante “Respect your health” (respeta tu salud) y dominan los idiomas inglés y ruso. Los pasajeros requieren constantemente su asistencia. Hemos aprovechado la experiencia de un acertado experimento efectuado en el Aeropuerto de Fráncfort, donde el personal asignado a estos puestos ofrece asistencia a los pasajeros, tanto a los que salen como a los que llegan. Estas personas desempeñan el papel del “policía bueno”, que de manera cortés, pero intransigente, llama la atención de los pasajeros hacia la observancia de las reglas y medidas de seguridad. En el caso concreto lo que importa es la comunicación humana cara a cara con el agente aeroportuario, y este contacto aporta un toque complementario de serenidad, sobre todo en el Salón de Llegadas. Contamos con un par de tales agentes también en el Aeropuerto de Burgás, de modo que los pasajeros allá también pueden sentirse tranquilos”.
Los agentes están ahí no sólo como una especie de “lámpara de alarma”, como peculiar recordatorio, sino para vigilar y poner orden entre los pasajeros que aflojen su disciplina. No obstante, hasta la fecha no hay pasajeros multados, asegura Martín Dimitrov.
“No toda la gente propende a llevar en cada momento una mascarilla ni a lanzarse enseguida a lavarse las manos en los aseos o al área de desinfección −prosigue− . De manera que hacer recordatorios a los pasajeros es bastante conveniente. Esto es particularmente válido en las áreas de la terminal aérea, donde que hay que hacer cola y los servicios en sí implican la congregación de 3 o 4 personas en un lugar. De momento, tenemos en el aeropuerto a dos agentes anti−Covid que se desempeñan en turnos flexibles. Con su asistencia procuramos abarcar la acumulación de dos y más vuelos en una hora”.
Desde el comienzo de la temporada turística de verano, los agentes en la terminal aérea de Varna han acogido y despedido a pasajeros de más de 350 vuelos. Muy a menudo, la gente solicita su ayuda dirigiéndoles toda clase de preguntas relacionadas con los servicios aeroportuarios e incluso con viajes por el territorio de Bulgaria.
”Estos empleados son un poco como agentes de información en los salones de llegadas y salidas −comenta Martín Dimitrov y agrega− : En la temporada de invierno, el Aeropuerto de Varna seguirá con 16 destinos regulares. Prevemos un incremento en el tráfico aéreo durante el período invernal. Alentamos a la gente a que vuela. Los pasajeros pueden estar tranquilos, puesto que en los aeropuertos de Varna y Burgás rigen buenas medidas y las importantes compañías aéreas mantienen rigurosas normas higiénicas”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Facebook - Varna Airport, varna-airport.bg
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