La muestra Los equipos técnicos en Bulgaria durante el gobierno del poder popular resucita la época en la que la propaganda totalitaria entraba en los hogares por medio de pequeños aparatos de radio de emisora fija, la música sonaba de gramófonos y los cabellos de las mujeres se rizaban tras pasar sus dueñas la noche con rollos de hojalata fijados en la cabeza.

Esa exposición itinerante, montada en el Museo Politécnico Nacional de Sofía, es la secuela de otra muestra que presentaba los equipos técnicos en los hogares búlgaros en la primera mitad de siglo XX. Su objetivo apunta tanto a las personas de más edad que solían emplear los equipos y dispositivos expuestos como a los niños que pueden hacer sus anotaciones en el tan popular entre los niños de antaño diario.

“No todo era de acceso tan fácil como hoy en día −dice Vasil Makarinov, conservador en el museo− . Por ejemplo, para comprar determinado equipo se tenía que ir a buscarlo a algún sitio concreto o, como no existía aun Internet para ponerse música, se tenía que comprar una cinta de grabación, un casete de audio o un vinilo, y casi no había aparatos de aire acondicionado. Todos aquellos dispositivos y electrodomésticos, que tal vez ya no resulten tan familiares, antaño acompañaban invariablemente la vida de nuestros padres y abuelos”.

El ordenador personal Pravets 8D es una de las muestras que se espera despierte el interés más importante.

”Uno de los enfoques de la exposición recae en la actividad del ingeniero Iván Marangozov, nacido en 19254 −prosigue Vasil Makarinov− . A finales de los años 70, este ingeniero, acompañado por su equipo, diseñó y fabricó el primer ordenador personal búlgaro: Pravets, tan familiar para generaciones de búlgaros. Parte de le exposición también arroja luz sobre los equipos de uso en oficina en aquellos años. Quizás el instrumento más emblemático sea la calculadora búlgara Elka, una de las primeras del mundo que implicaba la posibilidad de emplear la función radicación.

Otro objeto curioso es la máquina de escribir Maritsa; la hemos dejado de acceso libre para los visitantes para que cada niño que llegue pueda practicar cómo se puede escribir con papel añil entre dos pliegos de papel.

Ya detrás de una vitrina mostramos la máquina de escribir eléctrica Jebros, así como maquetas de los autobuses búlgaros Chavdar fabricados en la ciudad de Botevgrad”.

Una buena parte de los objetos exhibidos era de uso en las cocinas de los hogares búlgaros de la época. Se pueden ver el invento búlgaro, único en su género, que es el asador de pimientos, así como también la cocina eléctrica Elprom, que se fabricaba en los años 60 en la ciudad de Varna, la olla a presión, la maquinilla de café expreso y la de preparar café negro. Se ha dedicado atención asimismo a la popular lavadora portátil Diana de los años 70, integrada por una palangana de plástico, motor eléctrico y tapadera.

Un área aparte detrás de un escaparate está dedicada a los deliciosos bombones de chocolate búlgaros de las marcas Káterichka (ardilla), Radost (alegría), Rila y Surprise, a la forma de tomar anís de botella de vidrio, al tabaco de las marcas Arda y Stewardess.

”La exposición muestra además objetos usados para cuidar de la buena apariencia física −comenta Vasil Makarinov− . En uno de los escaparates hemos expuesto varias afeitadoras eléctricas Jarkov, de fabricación ucraniana, que se comercializaban en el mercado búlgaro. También un calentador para rollos de hojalata muy típicos de la época y secadores de pelo de las ya extintas Unión Soviética y República Democrática Alemana”.

Vasil Makarinov ha precisado que esos equipos y dispositivos técnicos de la época del socialismo se encuentran presentados al margen del contexto de la época en que se emplearan, por lo que las interpretaciones sobre aquel período las pueden hacer los propios visitantes de la exposición.

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: Diana Tsankova, Facebook /Vasil Makarinov