2020 ha sido, sin lugar a dudas, un año duro para el deporte a escala mundial. Sin embargo, ¿cómo se porta Bulgaria sobre el telón de fondo del resto de países en cuanto a la conveniencia de las medidas para apuntalar este sector en la crisis de Covid–19? Es ésta la pregunta que Radio Bulgaria ha planteado a la Prof. Daniela Dásheva, enseñante de Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo y ex ministra de Juventud y Deportes.
”En Bulgaria, durante la pandemia, el sector deportivo ha acabado totalmente olvidado”, ha opinado con contundencia la Prof. Daniela Dásheva. Ha señalado que en estos meses duros, los países que se desvelan por el desarrollo del deporte asignan recursos enormes para salvarlo. Gran Bretaña, por ejemplo, sólo en la segunda ola del coronavirus ha concedido 300 millones de libras a los once deportes más afectados en vistas a superar la crisis.
En este país, a las federaciones se las autorizó a reencauzar para la preparación de sus atletas los recursos destinados a la participación en competiciones internacionales aplazadas por la pandemia. En vísperas de la Navidad, el ministro de Juventud y Deportes, Krasen Kralev, señalaba que en el transcurso del año su Departamento había otorgado en forma complementaria un millón de euros en el marco del programa para el desarrollo de los clubes deportivos, o sea que hubo un 30% de aumento de los recursos previstos. ”La medida es buena y ha disfrutado de óptima acogida por parte de los clubes. Para 2021 ya se ha votado incrementar en un 100% los fondos asignados a este programa. Los clubes deportivos búlgaros recibirán 3 300 000 euros adicionales para fortalecer su actividad”, ha dicho el Ministro.
Sin embargo, según la Prof. Daniela Dásheva, Bulgaria es “uno de los pocos países de Europa que no ha hecho lo necesario en beneficio del deporte de élite ni para el deporte de masas por la salud durante la pandemia”.
“Casi todos han concedido becas a los atletas de élite en las federaciones de financiación exigua y han pagado remuneraciones a los entrenadores con el fin de mantener su motivación en un período falto de competiciones deportivas, y no perder a estos atletas y personal técnico para el deporte. En Bulgaria esto no ha ocurrido. En otros países del mundo, la información relativa a la financiación es de acceso público, y en Bulgaria este tipo de información brilla por su ausencia”, resalta la experta.
A su juicio, una parte escasa de los clubes, como, por ejemplo, los de natación, han conseguido beneficiarse de la medida 60/40. Posteriormente ha habido una bajada en la imposición fiscal a los gimnasios, que sin embargo, tuvieron que clausurar con el segundo cierre parcial y así quedaron privados de poderse beneficiar de esto.
También es desconcertante el hecho de que al cabo de todos estos meses en Bulgaria no se hayan comenzado a discutir todavía planes algunos sobre el fomento del deporte nacional bajo las nuevas condiciones. Tampoco se comenta la necesidad de una inversión más cuantiosas en deportes al aire libre, pues en esta modalidad reside el porvenir de los próximos varios años, señala la Prof. Dásheva.
Otro viejo problema que descuella en el contexto de la pandemia es la inexistencia de centros de entrenamiento convenientes pese a las dificultades, en este año a punto de concluir.A pesar de las dificultades, en el pasado 2020 Bulgaria se ha apuntado buenos resultados en algunos deportes como el atletismo, el sambo, en el que María Oryáshkova se alzó con su sexto título mundial, y también se ha merecido otros galardones en forma de un juego completo de medallas del Campeonato Europeo de Gimnasia Rítmica en Kiev. Sin embargo, como era de esperar, han tenido un impacto negativo en las marcas deportivas los trastrueques ocurridos en el calendario deportivo.
”Está siendo difícil y resulta todavía insuficientemente claro cómo se ha de gestionar la forma deportiva de los atletas de elite en medio de tales condiciones”, ha resumido la Prof. Daniela Dásheva.
2021 será por igual un año complicado para el deporte mundial y búlgaro.
”Los atletas nacionales lo tendrán bastante duro. Primero, les resultará difícil clasificarse para los Juegos Olímpicos, ya que aún carecemos de cuotas de participación suficientes. Ello se volverá a asociar con la gestión de la forma deportiva, puesto que, por un lado, estos deportistas deberán participar en competiciones clasificatorias para obtener cuotas, y por el otro sólo quedarán unos seis meses hasta los Juegos Olímpicos de julio–agosto de 2021, si es que se vayan a organizar –señala Daniela Dásheva– . Otra cosa que entorpecerá la participación y la conquista de distinciones es que carecemos de bases científicas serias en las que apoyar la preparación deportiva de los atletas de elite de Bulgaria. Sin un respaldo basado en la ciencia, no hay manera de avanzar en las condiciones en que se vaya a desarrollar en lo sucesivo el proceso de entrenamientos y competiciones. No disponemos tampoco de información de lo que esté ocurriendo con la competencia en cuanto a las formas de entrenamientos y dónde ellos se realizan”, resume Daniela Dásheva.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES, archivo
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