Podcast en español
Tamano del texto
Radio Nacional de Bulgaria © 2024 Todos los derechos reservados

La “maldición” del queso blanco en salmuera búlgaro

Recetas para la felicidad de la mesa virtual de Milena Dimitrova

Milena Dimitrova
Foto: archivo personal

Milena Dimitrova es una periodista, trotamundos y gourmet búlgara, pero sobre todo, una persona encantadora. Ha sido distinguida con los galardones Siglo de Oro, por su contribución a la cultura búlgara, la Pluma de Oro de la Unión de Periodistas de Bulgaria, como también con el Premio Dr. Erhard Busek de la Organización de Medios del Sudeste de Europa (SEEMO) al Mejor Entendimiento en el Sureste Europeo. Se ha especializado en la Universidad de Misuri−Columbia (EE.UU.). Es autora de una docena de libros, el más reciente de los cuales se titula La maldición del queso blanco.

“Escribí cosas serias cuando tenía el coraje, la audacia y la intuición para hablar sobre ellas, y este libro es fruto de la pandemia, en la que aparte de discutir con la media naranja, uno se puede dedicar a algo parecido a la escritura”, dice Milena en entrevista con Radio Bulgaria. Define su libro como ”frivolo, liviano, pero, con todo, apetitoso”, libro sobre “las cosas comunes y corrientes de la vida” y “sin pretensiones de ninguna clase”. Dice que es, además, un libro ”goloso, de viajes” y no un “libro de cocina clásico, pese a que recoge recetas y recorre el mundo entero”, por todos los lugares del planeta que la autora tuviera la posibilidad de visitar. De manera sugestiva y con acertada dosis de sentido del humor, la autora parece estar repartiendo recetas para la felicidad, recogiéndolas de su peculiar mesa virtual. Y así se pone a hablar del queso blanco en salmuera búlgaro, del que ningún compatriota puede prescindir.

“Los búlgaros solemos decir que nadie es mayor que el pan, pero hay un refrán cubano que dice que el queso, el vino y los amigos deben ser viejos para ser buenos. Comer el queso es una suerte, destacan los judíos, porque de no ir de buena suerte, uno puede romperse un diente al comerlo. Los italianos guardan las ruedas de queso parmesano en las bóvedas de los bancos, y en los Balcanes el ambiente parece estar impregnado por el olor a quesería, a queso blanco y su hálito, a redil, a ovejas, a algo del terruño, a prado. Son todos los anteriores sendos ejemplos curiosos y reflexiones interesantes plasmados en La maldición del queso blanco. Estamos condenados a la maldición de no poder prescindir de él. Tengo una teoría, que es que el queso blanco es la continuación de la leche con la que la madre amamanta a su crío, a la que los búlgaros nos hemos soldado. El queso blanco es una especie de nuestro cordón umbilical o nexo de unión con nuestra naturaleza balcánica. No voy a disimular mi decepción de que la Unión Europea, al parecer, sólo es capaz de reconocer el feta, que es el queso blanco griego, pero ignora cualquiera de los detalles de nuestro apetitoso queso de oveja, fresco, curado o ligeramente verde”.


Milena Dimitrova dice que al escribir La maldición del queso blanco se había planteado mostrar también la alegría que se siente cuando se está en la cocina llena de fragancias, donde uno va irradiando cariño desde dentro y lo va amasando y va fantaseando, sin incurrir en pecado, para que haya buenos resultados luego en la mesa. ”Porque, a fin de cuentas, existe también en nuestra vida una especie de practicidad, no sólo predestinación”, explica Milena.

“Para mí, el queso blanco es sinónimo de una duplicidad, de algo dicho a medias, de algo de que no somos capaces de prescindir, pero nos resistimos a confesarlo. Por otra parte, el queso blanco es mucho más fuerte que los humanos. Lo tenemos incrustado en nuestras entrañas, lo llevamos en nuestra sangre, es, en fin, más perdurable que el ser humano”.

La comida no lo agota todo, pero controla el organismo, el cerebro, la percepción del mundo, asegura Milena Dimitrova. Esto la ha movido a describir en su libro cómo la humanidad había llegado a la idea del desayuno, del queso, el chocolate, el argán y el manjar con uvas. Escribe asimismo sobre las recetas sin compartir y sobre las que ha aprendido de su madre, Bozhana Dimitrova, periodista muy renombrada durante largos años de Radio Nacional de Bulgaria.

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: archivo personal /Milena Dimitrova, Krasimir Svarkov, archivo BNR



Последвайте ни и в Google News Showcase, за да научите най-важното от деня!

Más de la sección

Los alumnos de las escuelas dominicales en Italia publican un atlas sobre los santos Cirilo y Metodio

Los alumnos de tres escuelas búlgaras en Italia han creado el primer atlas sobre los Santos Hermanos Cirilo y Metodio. El proyecto se ha realizado dentro del marco del Programa Nacional "Las historias no contadas de los búlgaros" del Ministerio de..

Publicado el 16/08/24 14:02

La Galería de Bellas Artes de Ruse acoge la exposición Diálogo de Kancho Kanev y Valery Lazarov con la coreana Choi Dhzi Un

“El mundo tiene una enorme necesidad de diálogo y tolerancia.  En esta tensa situación internacional las personas tienen la necesidad de una causa humana que elimine las vallas de la división y el hielo. Demos una oportunidad a la esperanza que vive en..

Publicado el 10/08/24 18:35
Nikolay Kolarov

Nikolay Kolarov y su camino con el violonchelo hacia una carrera académica en EE.UU.

Nikolay Kolarov es un violonchelista búlgaro que lleva casi 30 años forjándose una carrera académica y actuando en Minnesota, Estados Unidos. Su largo trayecto por el extranjero está ligado a su deseo de estudiar un magisterio en instrumentos de cuerda..

Publicado el 10/08/24 09:30