En el año 2021, crítico para la industria turística, el Presupuesto Público planea un aumento significativo de los recursos para la promoción turística nacional. Se prevén a tal efecto más de diez millones de euros, una cuantía récord asignada a fines publicitarios en los últimos años. Sin embargo, la situación imprevisible originada por la propagación de la Covid−19 plantea en el orden del día algunas cuestiones.
Un año más, el Ministerio de Turismo se propone acaparar la atención e interés de los extranjeros por medio de las campañas tradicionales, que apuestan sobre todo por la promoción de imagen enfatizando en “productos asociados a la proximidad de la naturaleza, el modo de vida saludable, la cultura, el vino y la gastronomía, las tradiciones y lo autóctono”.
¿Hasta qué punto la promoción nacional resulta idónea en medio de la actual situación imprevisible y cuál es la forma más conveniente para invertir estos recursos? Según Martín Dimitrov, fundador y director creativo de una agencia publicitaria importante en la capital, Sofía, el presupuesto previsto no es garantía de éxito.
“A juzgar por nuestra trayectoria en la promoción turística, volveremos a ser banales. Este es nuestro mayor problema −opina Martín Dimitrov− . En los próximos meses iremos resaltando cómo Bulgaria es un destino turístico seguro, pero este es un mensaje que también van a lanzar una serie de países y lo más probable es que algunos de estos países sean más seguros que Bulgaria. Somos contendientes en una dura competición en la que no conseguimos dar pruebas de una originalidad genuina, máxime en esta temporada, cuando los turistas se fijarán asimismo en otros factores, por ejemplo, en el sistema sanitario del país y la posibilidad de una rápida reacción de facultativos y equipos médicos en el respectivo centro vacacional para atender a turistas que enfermen. Cuando decimos que somos un destino seguro, no basta con sólo declararlo, sino que hay que especificar por qué Bulgaria es un destino seguro, y esto es algo que no escucho que suene actualmente como promoción”.
Bulgaria tiene que determinar primero qué tipo de turismo se propone fomentar en el nuevo contexto en el que nos ha tocado vivir, porque el foco de la promoción turística del país en el extranjero se orienta a esferas dispares. Se vuelve a enfatizar en la participación en ferias de turismo, en el trabajo con blogueros y medios informativos, en campañas de potenciación de la imagen del país con folletos y hermosos videos de Bulgaria, donde todos los encantos y atracciones del país se presentan en montón.
"Otros países también cuentan con una cultura y tradiciones dilatadas y variadas que son interesantes para los turistas −prosigue Martín Dimitrov− . Nosotros nos empeñamos siempre en mostrar que tenemos de todo. Hablamos de tradiciones, de spa, de turismo marítimo, de turismo de invierno, pero de esta forma limitamos la idea del consumidor turístico sobre nuestro país, no le ayudamos a descubrir la cosa distinta que le sorprenda. Esto es típico de la promoción turística búlgara. Los turistas que se decantan por el centro estival de Slanchev Briag (Costa del Sol) y los que prefieren el turismo rural son distintos. Lo mismo es válido para el cicloturismo, el turismo enológico, etc. No podemos seguir exhortando a los turistas a que lleguen a Bulgaria “vertiendo” en una campaña de imagen o en un video publicitario de medio minuto todo lo que queremos decir, poniendo a todos por destinatarios”.
A juicio de Martín Dimitrov, ya es hora de que el Estado proceda a segmentar la promoción y procure buscar el público adecuado al que enfocar sus mensajes.
”Nuestra promoción turística no va encauzada en un sentido concreto y preciso. Nos hemos excedido en la construcción de edificios y nuevas instalaciones, hemos hecho algunas cosas, en otras nos hemos propasado y ahora nos estamos devanando los sesos en cómo hacer más atractiva esta mezcolanza. La publicidad no es capaz de zanjar los hondos problemas de la industria. Seguimos preguntándonos cuál es la perspectiva ante el turismo nacional, qué enfatizar. Dado que la propia industria turística no ha conseguido definirlo, la promoción difícilmente podría resolver sus problemas. Es por ello que nuestras campañas turísticas lo ofrecen todo para todos, pero como reza un cliché: “Cuando hablas a todo el mundo, no te escucha nadie”, concluye diciendo el experto en publicidad Martín Dimitrov.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Veneta Nikolova, Faceboоk /Martín Dimitrov
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