Hay personas de las cuales se dice que nacieron con vidrio en la sangre. No hay nada que provoque su imaginación y su deseo de pasar horas trabajando sin cesar sino esta materia transparente que puede vestirse de magníficos colores y adquirir formas asombrosas.

Para una familia de Sofía trabajar el vidrio se ha convertido en una tradición familiar, sustento y un verdadero arte. El primero que se volcó en el oficio es Borislav Korudzhikov. Hoy en día está entre los más afamados maestros de esculturas de vidrio de Bulgaria e imparte clases en la Academia Nacional de Bellas Artes a los estudiantes de la especialidad Diseño de porcelana y vidrio.

En Bulgaria la artesanía en vidrio se estudia en pocos lugares, pero el oficio no desaparecerá mientras existan familias como los Korudzhikov. Para este maestro y para su hija Gabi el vidrio es más que un trabajo, es una pasión. “Tengo la sensación de que el vidrio ha entrado en mi sangre, incluso en mis sueños a veces hago proyectos con vidrio. Me siento feliz de que mi hija también sea artesana en este ámbito”, señala Borislav Korudzhikov.

Trabajan en su propio pequeño taller y ahí se adentran en el labrado del vidrio haciendo obras de arte de gran estilo.

“Padre e hija elaboramos obras de vidrio en pie de igualdad y cada uno valora y reconoce los éxitos del otro. Pasamos gran parte de nuestro tiempo en el taller. En estos momentos trabajo sobre un nuevo modelo de joyas”, dice Gabi Korudzhíkova, de 27 de años. Ella también se graduó por la Academia Nacional de Artes en la especialidad que dirige su padre. 

“Mi padre y yo tratamos de ofrecer una colección variada −continúa Gabi− . En esta profesión uno puede ir desarrollándose. Casi no hay ventas, pero esto se debe a la situación que afrontamos desde hace un año. Uno puede avanzar en el trabajo con el vidrio, se gestan ideas nuevas y aparecen nuevos materiales. Todo lo que creamos es el fruto de un trabajo cien por cien manual. Utilizamos procesamiento en frío para elaborar los elementos de cristal para la joyería. Cada uno pasa por un mínimo de cuatro facciones. El resultado final es fantástico. Las personas comparan las joyas de vidrio con las que ostentan piedras preciosas. También trabajamos con piedras naturales y las máquinas que ha fabricado mi padre son tan precisas que con ellas se podría pulir un diamante.

Mi padre elabora grandes esculturas de vidrio. Pesan mucho, son enormes, y son necesarios meses para acabarlas. Algunas pesan más de 40 kilogramos, el vidrio se pule con una amoladora angular que se enfría con agua. Por esto las esculturas de vidrio son un arte que supone mucho trabajo y no son muchas las personas que pueden permitírselo. Deseamos hacer un vídeo con las etapas de la elaboración de las esculturas de vidrio. Cuando uno observa una escultura ya acabada y exhibida en una alegría no se da cuenta de lo difícil que es trabajar el vidrio”.

De las manos de Borislav Korudzhikov han nacido una serie de estatuillas de vidrio para distintos premios como La Lira de Oro, Gerente del Año y diferentes concursos musicales.

“Mi padre me ha apoyado en todo y no hay algo que ame más que este oficio familiar −afirma Gabi Korudzhikova− . Por muchas que sean las dificultades que afronto no lo sustituiría por otra cosa. De momento en Bulgaria no se puede decir que este es un arte con futuro, pero creo profundamente que hay campo para su desarrollo. Aquí no hay muchas personas que entiendan este arte y quienes lo entienden no tienen grandes posibilidades. Abriremos nuestro camino hacia las galerías en el extranjero”.

Versión en español de Hristina Táseva

Fotos: archivo personal y Facebook / Korudjikov ArtGlass