Una de las cosas esenciales que deben aprender los jóvenes búlgaros es el pensamiento crítico. Esto opina, convencida, la Prof. Petranka Fíleva, presidenta de la Junta Directiva de la Plataforma de Desarrollo Internacional de Bulgaria, y docente de Periodismo de la Universidad de Sofía. Esta idea se ha plasmado en la base de los concursos Escuela Global y su evolución en la Escuela Global en Acción.
¿Qué es la educación global? Se trata de una herramienta para impulsar el pensamiento crítico de los estudiantes y ayudarles a conseguir un mejor entendimiento de las interrelaciones en el mundo. Con el empleo de métodos y enfoques innovadores, los jóvenes se van preparando para su papel futuro de cosmopolitas pensantes, críticos y activos.
Casi medio centenar de escuelas búlgaras se han alzado con premios en los dos concursos y todas ellas habrán de seguir trabajando por ofrecer una educación cívica novedosa y moderna a sus discípulos, explica la Prof. Fíleva:
“Todas las escuelas pueden postularse para los concursos, ya sean básicas, de enseñanza media o bilingües y especializadas. Lo importante es la idea que presentan y la experiencia que tienen acumulada en las prácticas de enseñanza modernas. Así podremos estar seguros de que podrán llevar a buen puerto el proyecto que promuevan para obtener este premio. Lo que a nosotros nos importa es que los alumnos estén conscientes de encontrarse viviendo en un mundo globalizado en el que dependemos unos de otros. Lo más importante es lo que en el Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) recibe el nombre de “competencias globales”, o sea que por lo que hagan en la escuela, los alumnos puedan demostrar que son personas tolerantes, que aceptan la opinión ajena, que entienden los retos globales y que podrán superarlos”.
La Prof. Fíleva recuerda que, según una encuesta de PISA de 2018, los niños y jóvenes búlgaros han salido los peor parados en una competencia lectora en la Unión Europea, tienen deterioradas sus habilidades en materias como las ciencias naturales y las matemáticas y que la desigualdad económica y social sigue primordial para el rendimiento de los adolescentes.
“El programa PISA ha hecho popular en Bulgaria el concepto de alfabetización funcional o la capacidad de uno de interpretar la información con entendimiento y poderse orientar en medio de ella −explica la Prof. Fíleva− . Debemos alentar a los alumnos a pensar de manera crítica y tener “alfabetización mediática”. Hemos visto cómo debido a la Covid−19 grandes y pequeños desconocen por igual el mundo, aceptan por cierta la información falseada, de la que sufren. Los adolescentes deben tener asimismo una propensión ecologista, poder aceptar las distinciones, saber cuáles son los derechos del individuo, saber, además, en qué se traduce su libertad y no olvidar que ésta se extiende hasta donde comienza la libertad de los demás. Creo que los conocimientos sobre ello se pueden lograr con los métodos y las herramientas de lo moderno”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: archivo
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