Por primera vez desde hace décadas ha nacido en Bulgaria, concretamente en la Cordillera Balcánica, a la altura de la villa serrana de Kótel, una cría de buitre. Su eclosión es considerada un éxito importante, ya que es fruto de esfuerzos aunados en el marco del proyecto europeo Un futuro luminoso para el buitre negro, que involucra a cuatro países.
En el año 1985 el buitre negro fue declarado especie extinta hacía tiempo en Bulgaria, aunque a comienzos de los años 80 fue avistada en las montañas búlgaras, por mera casualidad, una pareja que anidaba allá. La reintroducción de esta especie rara, amenazada a nivel mundial, resulta una tarea ardua que reclama tiempo, entrega y colaboración con correligionarios de Europa.
“Comenzamos por el buitre de cabeza blanca, que es una especie más numerosa en España y Francia −dice Ivelín Ivanov, de la Organización Balcanes Verdes, que trabaja en el proyecto europeo− . De allá hemos importado aves que estaban en una situación desastrosa en esos países, recibieron tratamiento y se recuperaron. Esos ejemplares nos fueron ofrecidos para que les diéramos una segunda oportunidad de vida, en el seno de la naturaleza búlgara”.
Así, hace una docena de años, con el acondicionamiento de las llamadas jaula de adaptación, en cuatro zonas de la Cordillera Balcánica fueron reintroducidos los buitres de cabeza blanca importados de España y Francia. Actualmente anidan en esas zonas más de treinta parejas de esta especie.
Se empleó el mismo principio en la regeneración del buitre negro.
”Las cosas respecto a esta especie se iniciaron hace unos cinco años −comenta Ivelín Ivanov en una entrevista para Radio Bulgaria− . Hemos importado aves de centros de rehabilitación en España y las hemos colocado en las mismas jaulas que antes habíamos empleado para los buitres de cabeza blanca. Hace tres años comenzamos a soltarlos en la naturaleza. Se trata principalmente de aves jóvenes que necesitan tiempo para llegar a la madurez sexual y comenzar a reproducirse. Este año ha sido el momento en el que las primeras dos parejas han comenzado a anidar. Una de ellas no consiguió reproducirse, pero eso es normal tratándose de aves tan jóvenes e inexpertas. La otra pareja, en cambio, nos ha dado una alegría y ahora ya tiene descendencia”.
Fue a mediados del pasado mes de mayo cuando el polluelo de buitre negro emitió su primer chillido. Socios de la Organización Balcanes Verdes vigilan atentamente su evolución, esperando ver al pichón crecido para hacerle un marcaje con transmisores satelitales, a semejanza de los 11 buitres negros reintroducidos en Bulgaria. Mientras, se está buscando intensamente un nombre con el que bautizar al polluelo.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: cortesía de Balcanes Verdes
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