La tercera fuerza política en el Parlamento de Bulgaria tiene el cometido de realizar el tercer mandato exploratorio de cara a la constitución del gobierno del país. Ya en el momento en que el jefe de Estado hacía entrega de la carpeta al Partido socialista Búlgaro (BSP, por sus siglas en búlgaro) muchos analistas no ocultaban su escepticismo. Cada día que pasa las posibilidades para formar gobierno se van haciendo cada vez más exiguas, pese a no haberse celebrado aún las consultas con las fuerzas políticas de representación parlamentaria, excepto el GERB–CDC (Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria y Unión de Fuerzas Democráticas) y el Movimiento por Derechos y Libertades (el partido de la minoría turca en este país), a las que el BSP ha extendido una invitación.

“Un mandato entregado al BSP está abocado a fracasar, lo cual estaba claro de antemano”, ha expresado en Radio Nacional Jristo Ivanov, copresidente de la alianza Bulgaria Democrática, quien también sostiene que las consultas se van transformando en propaganda preelectoral de la izquierda.

“El momento en el que existía la oportunidad de constituir gobierno en esta Legislatura fue entablar las conversaciones antes de que el presidentedecidiera a quién entregar el mandato, para así diseñar una fórmula que funcionara para todos y habérsela propuesto al jefe de Estado −ha comentado Jristo Ivanov−. El presidente había dejado entrever su disposición de atender tal propuesta en las consultas entre el primer mandato y el segundo. Movida por cierta razón, Kornelia Nínova resolvió bloquear esta posibilidad, la tildó de anticonstitucional, se negó a dialogar y, de hecho, fue aquel el momento en el que se desperdiciaba la oportunidad de que el tercer mandato prosperara. Luego este mandato sólo pasó a transformarse en utilería de escena preelectoral”.

El BSP continúa sus consultas con partidos políticos y sindicatos, y es precisamente en estas conversaciones en las que el politólogo Evgueni Daynov vislumbra unas posibilidades mínimas para la formación de un gobierno legítimo. Opina que la líder socialista, Kornelia Nínova, cuenta aún con un campo de acción:

“Dispone de la jugada de constitución de un proyecto de ejecutivo que tenga políticas obviamente buenas y aceptables para todos y que lo integren personas capaces de aplicar estas políticas en la práctica. De modo que si Nínova hace un acertado uso de tal jugada y acaba persuadiendo al partido Hay tal Nación de que sería mejor para éste respaldar un gobierno (en vez de encaminarse a unas elecciones en las que acabara siendo tercera fuerza política), el BSP se apuntaría un logro político bastante sólido”, ha expresado Daynov en la emisora regional de Radio Nacional de Bulgaria en Stara Zagora.

“Las consultas son formales, no hay oportunidades para la formación de un gobierno, lo que está pasando es que se está procurando ganar tiempo para hacer en el Parlamento el trabajo indispensable”. Así es como, concisamente, ha descrito la situación política el periodista y político Asén Agov. A su juicio ya ha arrancado la campaña electoral, la tercera en lo que va de año. Al otorgar el último mandato al BSP, el presidente de Bulgaria tiene asegurado el respaldo del electorado de la izquierda para las elecciones presidenciales de este otoño en el país.

“Según Kornelia Nínova, la izquierda retendrá el mandato hasta los próximos días 10 a 15 de septiembre, lo que indica que las elecciones parlamentarias muy probablemente coincidan con la segunda vuelta de las presidenciales, si se llegara a tal −prosigue Asén Agov−. Con toda probabilidad los comicios presidenciales, eventualmente de dos vueltas, se celebrarán el 7 y el 14 de noviembre, y esto ha de fijarlo el Parlamento antes de ser disuelto. De manera que las cosas aparecen más claras que el agua y hay que portarse con serenidad ante el hecho de que haya que acudir a las urnas por tercera vez en lo que va de año, puesto que las elecciones son la herramienta política de la democracia para la solución de crisis. Y es que nosotros ahora hemos tocado fondo en la crisis política que comenzó a arder suavemente ya en 2001. Los electores han de darse cuenta de que cuanto ha venido ocurriendo este año de dos legislaturas malogradas se debe precisamente a nuestra vacilación. Hay que hacer acopio de sentido común con el fin de promover a una mayoría capaz de llevar a efecto las reformas radicales que Bulgaria necesita”.

Puesto que ahora el país ya tiene la mirada puesta más bien en las comisiones parlamentarios siguientes, se mantiene de candente actualidad la pregunta de si éstos provocarán un cambio en la situación política desbloqueando sus vueltas al vacío. Los sondeos, empero, ponen de relieve que, tras unos nuevos comicios, la configuración de las fuerzas políticas apenas se alteraría.

“Se volverá a afrontar la misma tarea, o sea ir en pos de un consenso entre una buena parte de las fuerzas políticas”, ha comentado en esta emisora pública el politólogo Ivaylo Dinev. A su juicio, daría una oportunidad para el cambio radical de la situación política el alumbramiento de un proyecto político nuevo con la participación de algunos de los actuales ministros interinos que han cobrado gran popularidad.

Mientras esta variante se mantiene todavía en el ámbito de las ideas, las formaciones políticas actuales deberían sobreponerse a su egoísmo y conseguir una nueva cultura en pactar acuerdos. O, como ha dicho Jristo Ivanov, “volver a aprender lo que significan los vocablos ‘coalición’ y ‘compromiso’”.

Adaptado por Elena Karkalánova en base a entrevistas de Radio Nacional  de Bulgaria

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: archivo, Silvia Velikova, BGNES, archivo personal