Zhechka Slaninkova es una de las más aclamadas representantes de la tradición folclórica de la región de Strandzha. Forma parte de la constelación de talentosas cantantes de esta región folclórica búlgara que consolidaron y difundieron el auténtico estilo musical de Strandzha e insuflaron vida a un gran número de canciones antiguas. Cabe mencionar los nombres de Magda Pushkarova, Komnia Stoyanova y Yana Rupkina, entre muchas otras.
Zhechka subió al podio musical por primera vez cuando tenía 13 años, durante certámenes folclóricos locales y nacionales, y siempre ganaba la medalla de oro. Su amor por la canción folclórica la llevó a la Escuela Nacional de Artes Folclóricas Filip Kutev, en la ciudad de Kotel. Posteriormente se desempeñó como profesora en la escuela musical de Shiroka Laka. Zhechka Slaninkova debe su perfeccionamiento profesional a la experiencia acumulada en el Conjunto de Canciones y Bailes Folclóricos Strandzha, de la ciudad de Burgas, como solista e integrante de su coro.
El arte y el amplio repertorio de la renombrada cantante fueron valorados por especialistas de Radio Nacional de Bulgaria, donde realizó grabaciones de canciones de la región de Strandzha con la Orquesta de Música Folclórica de Radio Nacional y con conjuntos instrumentales de cámara. Se siente feliz por su cooperación con eminentes músicos como Teodosiy Spasov, intérprete de la flauta pastoril búlgara kaval. Tiene editados diez álbumes. Zhechka señala que son sumamente emocionantes sus reuniones con el público de Burgas, su ciudad natal, que la recibe con fuertes aplausos sobre todo cuando interpreta canciones lentas con su cautivadora voz y bellos ornamentos típicos de la región de Strandzha.
Zhechka Slaninkova lleva cuatro decenios en el podio musical. Acaba de cumplir los sesenta años y esto era era un motivo recordar entrañables momentos relacionados con la canción de Strandzha que ella compartió con Radio Bulgaria.
“Comencé a cantar de pequeña. La canción folclórica es un regalo de Dios para mí, me ha dado el don de cantar, de alegrar las almas de las personas que valoran las bellas canciones folclóricas. Mi padre cantaba muy bien. Dicen que su abuela era la mejor cantante de la aldea en que vivían. Guardo un recuerdo muy bello de una reunión folclórica en la localidad de Bosnia, donde habían habilitado dos escenarios, uno en la parte de arriba y otro en la más baja. El público se trasladaba al escenario donde cantaba yo.
Me gradué por la Escuela Musical de Kotel y después me casé con Rumen Mutafchiev que era profesor de kaval. Nos trasladamos a Shiroka Laka donde impartíamos clases. Los alumnos y las personas de la localidad me querían mucho. Después en la ciudad de Burgas fue formado un grupo de alumnos que estudiaban instrumentos y canto folclórico en que daba clases durante 7-8 años. Ahora una de mis alumnas es profesora en la escuela donde trabajaba yo. Esto es un motivo de gran alegría para mí”.
La cantante folclórica recuerda con gran conmoción la celebración de su 55 cumpleaños y del 35 aniversario de su actividad escénica. Entonces el ayuntamiento de Burgas apoyó el concierto festivo en el teatro de verano de la ciudad en el cual tomaron parte intérpretes jóvenes de distintas zonas folclóricas.
¿Se siente feliz de su destino Zhechka Slaninkova?
“Claro que sí. Amo a las canciones folclóricas como a mis propios hijos. No puedo imaginarme la vida sin la canción. Deseo a todos mucha salud, tranquilidad y bella música folclórica búlgara que es el mejor remedio para el corazón y el alma”.
Versión al español de Hristina Táseva
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