Los búlgaros en el extranjero siempre se han mostrado interesados en la realidad en la patria. Por un lado, aquí están sus familiares y amigos y les importa cómo viven ellos, por otro lado, muchos de estos compatriotas nuestros planean regresar un día. La mayoría de ellos afirman que regresarían bajo determinadas condiciones, cuando se crea un entorno más normal para vivir y posibilidades para realizar su potencial. Alexander Detev, que nació en Plovdiv pero hoy reside en Alemania y trabaja como periodista en la sección búlgara de Deutsche Welle, señala que Bulgaria posee un considerable potencial. Desde hace 10 años pasa la mayor parte de su tiempo en Alemania y Austria, pero cada vez que regresa a Bulgaria ve que el país experimenta cambios positivos.
“Bulgaria parece distinta en comparación con el tiempo cuando me fui a Viena hace 10 años, dice Alex. Hay magníficas personas, que tienen un modo de pensar muy progresista y que se realizan magníficas cosas a pesar de las circunstancias. Con frecuencia trato de responder a la pregunta qué le falta a Bulgaria para desarrollarse y avanzar. Me convenzo cada vez más que lo que le falta es valentía. El país se presenta bien, pero puede hacerlo mucho mejor. La valentía escasea en Bulgaria. Conocemos los principales vicios: injusticia, pobreza, corrupción, insuficiente libertad, etc. Se trata de problemas que pueden ser resueltos con valentía. Espero que con el tiempo la sociedad búlgara adquiera más autoestima. Esta es la otra paradoja: viendo los indicadores económicos nos daremos cuenta de que la situación en Bulgaria no está tan mal. Si alguien pregunta a los ciudadanos, sin embargo, éstos le dirán que la situación es muy mala. Nos parece que está mal, pero no queremos hacer nada al respecto. Sé que cuesta esfuerzo, pero será muy bien si podemos cambiar esta paradoja”.
A la pregunta de si ayudaría en semejante empresa, Alex responde:
“En los últimos años paso una gran parte de mi tiempo en Bulgaria, pero cuando me encuentro en el extranjero no interrumpo el lazo con el país. He invertido una considerable parte de mi tiempo y de mis esfuerzos en todo tipo de iniciativas a favor de Bulgaria y esto es válido para muchos búlgaros residentes en el extranjero. Además, hoy en día las distancias no son grandes para los búlgaros que viven en Europa. Los vuelos duran una hora y media y son absolutamente accesibles. Tengo amigos que cada fin de semana regresan a Bulgaria. Esto es absolutamente posible y este recurso debe ser aprovechado. A fin de cuentas, antes Bulgaria tenía salida a tres mares, ahora hay búlgaros en siete contienes. No veo ningún problema en esto”.
En estas conversaciones siempre queda algo sin decir. No decimos quién debe hacer todas las cosas de las cuales habla Alex.
“Es como la conversación con el espejo. A la pregunta “quién” la respuesta habitual es “alguien que no pueda”. Diré algo ridículo y banal para muchos: podemos comenzar a separar nuestra basura. Sí, tal vez el Estado no haya organizado bien el proceso, pero podemos esforzarnos. En Austria o Alemania si alguien echa el papel en el contenedor del plástico tendrá problemas. Si comenzamos a dar estos pequeños pasos y asumir responsabilidades, llegaremos a la autoestima que nos falta. Entonces sabremos que nos hemos planteado una tarea y la hemos cumplido. La autoestima puede aumentar no solo por nuestro glorioso asado. No podemos basar nuestra autoestima en nuestro pasado, porque las personas del pasado cumplieron suficiente trabajo en la época en que vivieron”.
Versión al español de Hristina Táseva
Fotos: archivo personal de Alexander Detev, archivo BNR, BGNES
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