Hoy a las 10.00 el diputado de mayor edad, Vezhdi Rashidov, de la coalición GERB-CDC, dará el inicio de la labor de la 49ª Legislatura de la Asamblea Nacional. Sin grandes esperanzas para la longevidad de este Parlamento, el quinto en las condiciones de una crisis política de dos años, los diputados tratarán de encontrar una solución al problema insoluble de la formación de un Gobierno.

A diferencia de las elecciones parlamentarias del 2 de octubre del año pasado, cuando el presidente convocó una Asamblea Nacional el decimoséptimo día del voto y demoró en meses las consultas para el nuevo gabinete, esta vez el jefe de Estado ha decidido operar de forma más rápida.

Un gobierno de las fuerzas políticas que se autodefinen como proeuropeas o una unión entorno a la llamada coalición de papel (GERB, Partido Socialista Búlgaro y El Movimiento por Derechos y Libertades) es el gran dilema después de las elecciones. Un número cada vez mayor de analistas vaticinan que pronto nos esperan nuevas elecciones parlamentarias, ya que ni los vencedores del GERB-CDC lograrán reunir los votos que necesitan para formar un gabinete, ni los segundos, la coalición Continuamos con el Cambio-Bulgaria Democrática, o alguna de las menores formaciones políticas en la Asamblea Nacional. Desde Continuamos con el Cambio-Bulgaria Democrática ya han declarado que no apoyarán de ninguna manera un gobierno con el mandato del GERB y la primera fuerza política no se atreverá a coaligarse abiertamente con el Partido Socialista Búlgaro y el Movimiento por Derechos y Libertades.

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Incluso si fracasan en el intento de formar un Gobierno, los diputados pueden cumplir algunos objetivos impostergables. El Estado lleva cuatro meses trabajando con un Presupuesto Público prolongado del año pasado y la largamente esperada reforma judicial y las leyes que deben ser aprobadas para el país reciba los medios del Plan de Recuperación y Sostenibilidad están a la espera.

En la venerable sede de la Asamblea Nacional, cuyos cimientos fueron echados en 1884 y guardan las esperanzas de una Bulgaria libre, europea y próspera, ocuparán sus sitios diputados de seis fuerzas políticas, según ha sido la voluntad del pueblo.

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El mayor grupo parlamentario, el del GERB-CDC consta de 69 diputados, el de Continuamos con el Cambio-Bulgaria Democrática de 64 diputados, Renacimiento, de 37, el Movimiento por Derechos y Libertades de 36, el Partido Socialista Búlgaro por 23, Hay tal Nación por 11.

Igual que en el Parlamento anterior 58, de los 240 diputados son mujeres. El diputado más joven, Gueorgui Krastev, es del GERB y tiene 24 años, el mayor de edad es Vezhdi Rashidov del GERB y tiene 72. Ramadán Atalay ha tenido el mayor número de mandatos como diputado, nada menos que 12.

En las filas de los diputados descuellan dos ex primeros ministros: Boyko Borisov y Kiril Petkov y aparte de las profesiones tradicionales como juristas, economistas y médicos, hay dos poetas, dos ex competidores de lucha y halterofilia y un organizador de ceremonias nupciales.

Inmediatamente después de la solemne prestación de juramento, los diputados deben elegir su presidente y ocuparse de las tareas legislativas. En este tiempo en conformidad con la Constitución, el presidente tiene la obligación de mantener consultas con las fuerzas de representación parlamentaria antes de entregar el mandato para la formación de un gobierno. Si no cosecha éxito en los tres intentos, le espera lo habitual: designar un nuevo gobierno interino.

Versión al español de Hristina Táseva