La semana pasada ofreció a los búlgaros una dosis de inestabilidad tanto en la previsión meteorológica, como en el ámbito de la política. Sobre el telón de fondo de copiosas lluvias, pueblos inundados e incapacidad de luchar contra la fuerza del agua, se produjo una ola de acusaciones y desconfianza entre las dos primeras fuerzas parlamentarias que formaron un gobierno con la intención de conducir al país a través de las crisis y llevar a cabo los cambios necesarios en el sistema de Justicia. 

El grado de la tensión se elevó después de que el líder del GERB, Boyko Borisov, manifestara que los partidos del cambio tratan de gobiernar al país de forma unilateral. Por su parte el copresidente de Continuamos con el Cambio Kiril Petkov amenazó que los diputados de la coalición Continuamos con el Cambio-Bulgaria Democrática no entrarán en la sala plenaria a causa de los intentos de violar los acuerdos logrados entre ellos y el GERB-CDC.

Después de una sesión de su grupo parlamentario, Kiril Petkov invitó al líder del GERB a firmar un Mecanismo para garantizar el programa de reformas del Gabinete, en el cual figuran siete condiciones: una junta común que decida las designaciones de los jefes de los regulares; acato del programa legislativo común ya aprobado; hoja de ruta para la reforma judicial y constitucional; una reforma en los servicios de seguridad; una ley acordada para la Comisión Anticorrupción; remodelación del Código Electoral; una postura común sobre la legalidad del referendo llevado a cabo por el partido Renacimiento sobre la adopción del euro en Bulgaria. Hasta ahora, sin embargo, no ha sido organizada una reunión entre las dos formaciones políticas.

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“La garantía más importante para el cumplimiento de estos compromisos es la voluntad política que no se demuestra tanto a través de las palabras, sino mediante las acciones, ha manifestado en una entrevista para Radio Nacional de Bulgaria Antoaneta Tsoneva, diputada de Continuamos con el Cambio-Bulgaria Democrática. Únicamente las acciones mostrarían que los compromisos previamente asumidos, y que son el fundamento de este gobierno, pueden realizar las reformas por las cuales fue formado este gabinete. De lo contrario, el Gobierno pierde su esencia de ser reformador y el sentido de su existencia”.

La verdad es que el líder del GERB, Boyko Borisov, se mostró dispuesto a firmar la declaración siempre y cuando tenga la forma de un acuerdo de coalición. De momento esto no ha sucedido.

“El nuevo gobierno es una coalición”, ha señalado el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sofía, el Prof. Daniel Valchev. A su juicio, los problemas y las consecuencias vienen del hecho de que los gobernantes tienen vergüenza de reconocerlo porque no lo han explicado a sus electores y será difícil asumir la responsabilidad de este paso:

“Continuamos con el cambio fue creado para eliminar a Borisov, al GERB, al modelo Borisov y al modelo GERB. En estos momentos los miembros del partido se sienten incómodos por el hecho de que deberán decir: “Han votado por nosotros para que eliminemos a Borisov y nosotros debemos gobernar con él”. La incomodidad es comprensible pero esta postura será honesta”, opina el ex ministro de Educación.

Lo contrario crea muchos problemas a mediano plazo. Podemos llamar al Gobierno como queramos, pero es una coalición. En una coalición las relaciones son relativamente complicadas. Por esto lo correcto es que haya un documento en que esté descrito todo. Una de las partes trata de evitar el documento y por esto somos testigos de la presente situación”.

Los gobernantes fueron reprochados por el presidente Rumen Radev a causa de la declaración del ministro de Defensa Todor Tagarev de que Bulgaria seguirá apoyando a Ucrania no solo con municiones, sino con la preparación de médicos y sanitarios militares que trabajen en el frente y presten ayuda a los necesitados.

Fue criticada asimismo la resolución gubernamental de que la delegación búlgara en la Cumbre de la OTAN del 11 al 12 de julio en Vilna sea encabezada por el primer ministro Nikolay Denkov, y no por el residente, como sucede habitualmente, quien es comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. A juicio de Radev, “el rumbo emprendido por el nuevo Gobierno aproxima a Bulgaria cada vez más a la guerra”.

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A pesar de las discrepancias, de momento el Gabinete es estable y es pronto hablar de elecciones anticipadas, dice categórico Todor Galunov, profesor de la Universidad de Veliko Tarnovo.

“El conflicto potencial se producirá durante las elecciones municipales (en otoño) ya que será planteado el tema de los candidatos a ocupar los puestos de alcaldes.  La coalición gobernante deberá decidir qué hacer. Continuamos con el Cambio no tienen opción y deberán tomar en consideración la voluntad del GERB. Si se llega elecciones anticipadas, Continuamos con el Cambio no estará en una situación favorable”. 

Está por ver si seguirá aumentando el grado de la tensión o nos espera un periodo de estabilidad política.

Versión al español de Hristina Táseva