Dos guerras mundiales, bombardeos, manifestaciones socialistas con tanques y camiones pesados, protestas civiles y, sobre todo, obras de reparación interminables... ¡Qué es lo que no han vivido los adoquines amarillos de Sofía en los últimos 116 años! El emblemático pavimento es actualmente patrimonio de la humanidad. Se asegura que fue importado de Austria-Hungría en 1907 y que en la primera década del siglo XX cubría las calles céntricas de la capital búlgara. Hoy en día aún podemos verlos frente al templo catedralicio San Alejandro Nevski, en la zona del Parlamento, alrededor del antiguo palacio real y cerca del Teatro Nacional.

Sin embargo, ya no se fabrica ese tipo de adoquines. Hace tiempo que cesaron las importaciones, y el hermoso empedrado amarillo, del que tan orgullosos están los ciudadanos de la capital, se está desmoronando inevitablemente. Los intentos constantes de reordenar los adoquines y sustituirlos por otros de la misma antigüedad no dan los resultados deseados. Estos días, el símbolo de la capital ha vuelto a ser noticia debido a otra reparación fallida. 

Tras más de dos meses de reordenación del pavimento frente al Parlamento, los adoquines "lucían" diferentes tonos de amarillo, para horror de los sofiotas. Según la oficina que supervisa la construcción en el proyecto, la razón era que los adoquines realmente eran una combinación de diferentes series de producción, y algunos de ellos habían sido sometidos a un uso más prolongado que otros a lo largo de los años.

"¿Cómo es que unos son muy claros y los otros muy oscuros? No tengo explicación", dice el profesor Lyuben Lakov, del Instituto de Ciencias del Metal de la Academia Búlgara de Ciencias. Junto con sus colegas, lleva años buscando la manera de producir un análogo al 100% de los centenarios adoquines de Sofía. Hace algún tiempo, científicos búlgaros descubrieron la fórmula de su singular estructura cristalina. Pero ahora, el equipo del profesor la ha perfeccionado y ya está preparando una serie piloto de adoquines amarillos totalmente nuevos para Sofía.

"El patrimonio cultural e histórico de hace más de 100 años es un patrón. En la actualidad, el nuevo es igual en composición, con las mismas características físicas y mecánicas, entre otras, ya que contiene las mismas fases minerales que el original. El tamaño, el volumen y el color son los mismos. Por no mencionar que el color original de los adoquines de Sofía es ocre, no amarillo como estamos acostumbrados a definirlo. Para nosotros, los científicos, los colores y los matices son tantos que se expresan en números. Así que los adoquines que hemos creado son idénticos en color a los estándares", es tajante el profesor Lakov. 

Los adoquines fabricados por la Academia Búlgara de Ciencias se sometieron a un minucioso análisis en la Universidad Técnica de Sofía. "Resulta que son incluso más resistentes al caucho seco y húmedo y no son tan resbaladizos como los originales. En otras palabras: son iguales en color, tamaño y forma", dijo el profesor Lakov y añadió:

"Tenemos un contrato con el municipio para producir una tirada piloto de 250 adoquines solamente. Nuestro plazo es hasta Navidad, ya que trabajamos en un entorno académico, no en una fábrica, pero los producimos con el equipamiento adecuado de moldeo, preparación de la composición de la receta, prensado, secado, tratamiento térmico, etc. Estamos listos para entregar la serie piloto a tiempo, pero depende del municipio decidir cuándo y dónde se instalará nuestro pavimento. En mi opinión, es poco probable que la Municipalidad Metropolitana invierta fondos para construir una planta de pavimento amarillo. Esto es cosa de las empresas". 

El Prof. Lakov ha explorado incluso la posibilidad de que las fábricas existentes en Bulgaria, por ejemplo, en Vidin y Kazanlak, se hagan cargo de la producción de adoquines específicos para que puedan utilizarse no solo para renovar el pavimento del centro de Sofía, sino también para su uso en otras ciudades de Bulgaria y, por qué no, del extranjero.

Más información sobre el pasado y el presente de la capital de Bulgaria, Sofía:

• “La Sofía perdida” establece un paralelo entre el pasado y el presente 

• El otoño de Sofía a través de la mirada de dos franceses
  

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Versión al español de Borislav Todorov