La carrera diplomática de Joël Meyer, licenciado en literatura griega por el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales de París - uno de los pocos lugares de Francia donde también se enseña búlgaro -, le llevó a Grecia y Chipre, y más tarde a Mauritania y a Malí. Es embajador en Bulgaria desde finales de 2022, pero conoce el país desde que entró en la Unión Europea. Quince años después, él mismo deseaba ser destinado a Sofía para ver cómo ha cambiado y cómo se ha desarrollado el país en ese tiempo. Dice que lo que más le ha impresionado de Bulgaria es su autenticidad tan poco dada a la homogeneización.

Vista desde fuera, la situación política actual podría calificarse de original, pero dista mucho de ser única, puesto que ya existe un modelo de rotación similar en Rumanía e Irlanda del Norte.

"No soy yo quien debe juzgar si ésta es la mejor configuración política", señala Joël Meyer, "pero desde nuestro punto de vista, vemos una dinámica política y, aunque haya algunas incógnitas e incertidumbres de cara al futuro, en estos momentos se observa cierta estabilidad y eso es positivo para Bulgaria. Y también lo es para Europa. Además, como las reformas están en marcha y afectan directamente al entorno empresarial, esta es una buena señal para los inversores que quieren venir a Bulgaria, incluidos los franceses".

Según el embajador francés, son cada vez más las empresas francesas y europeas que se interesan por Bulgaria, no sólo como mercado de exportación, sino también para establecer asociaciones industriales a largo plazo.

"Bulgaria tiene muchas ventajas", comenta el embajador francés. “Tiene personal cualificado, técnicos, ingenieros, y a menudo francófonos maravillosos. A finales del año pasado recibimos a más de 100 empresarios de la región de Bretaña, una región francesa extremadamente dinámica, que vinieron a explorar las oportunidades de inversión. Hay ejemplos estupendos de inversión cruzada y cooperación exitosa entre búlgaros y franceses. Por citar sólo uno, las alas y las cabinas de algunos aviones Airbus se fabrican y ensamblan en Bulgaria gracias al trabajo conjunto de ingenieros franceses y búlgaros. Bulgaria tiene ventajas geográficas y políticas al mismo tiempo. Es miembro de la Unión Europea pero también está situada en el cruce de caminos entre el norte y el sur de Europa, y también entre Turquía y más allá: hacia el Oriente Medio".

¿Cuál es la actitud de Joël Meyer ante las prioridades de Bulgaria en este momento: la adhesión a Schengen y a la eurozona, los espacios de libre intercambio y libre circulación de personas?

"Creo que, en relación a Schengen, tenemos que ver las cosas en positivo. El vaso está 2/3 lleno y estoy convencido de que muy pronto se llenará el último tercio. En Bruselas, las negociaciones continúan. Al fin y al cabo, 26 países y la Comisión Europea apoyan la plena adhesión de Bulgaria a Schengen. Esto será bueno para nosotros porque Europa se convertirá en una zona completamente segura y viceversa: la UE invertirá muchos más fondos en Bulgaria para que cumpla plenamente sus tareas y responsabilidades como frontera exterior de la Unión".

En cuanto a la zona euro, los criterios son muy estrictos - por ejemplo, los de la inflación. En Bulgaria esta sigue siendo alta aunque ya "se han tomado medidas y estas están siendo aplicadas", dice el embajador y afirma: "Esperamos que Bulgaria se incorpore muy pronto a la zona euro".

“Por lo demás, Francia y Bulgaria atraviesan actualmente una crisis agrícola. Y aquí la solución debe ser Europa”, opina el embajador. Es necesario cambiar la Política Agrícola Común sin poner en entredicho lo que ya se ha conseguido, inclusive en la lucha contra el cambio climático. También es necesario que haya igualdad de condiciones entre los agricultores europeos y los de terceros países que pueden importar a Europa. En otras palabras:

"Los gobiernos deben ser activos 'sobre el terreno' y explicar de qué manera ofrece soluciones Europa. Al mismo tiempo, es imprescindible que persuadan a Europa a que esté más cerca de los ciudadanos europeos y que responda a sus problemas, para que no terminen recurriendo a partidos populistas que no ofrecen soluciones sino que, al contrario, sólo agravan las crisis y dividen a la población", concluye el embajador francés Joël Meyer.

Autor: María Stoeva

Vesrión en español: Alena Markova

Fotos: Desislava Nikolova,Todor Bozhinov