En 1979 Bulgaria se convertía en el tercer país en el mundo después de la USSR y los EEUU que crea alimentos espaciales. “Disponíamos de todo: frutas, verduras, sopas y delicias muy variadas. El cosmonauta no siente que está lejos de la Tierra y puedo decir que los productos búlgaros son muy sabrosos”, recuerda en una entrevista el primer cosmonauta búlgaro Gueorgui Ivanov.
Hoy el Instituto Búlgaro de Criobiología y Tecnologías Alimentarias continúa el trabajo sobre alimentos que se pueden consumir en el Espacio. Distintas empresas privadas se muestran interesadas en su actividad mientras que la nueva directora Prof. Iliana Nacheva reconoce que el Estado ha abdicado por completo del apoyo a estudios de esta índole:
“Afortunadamente hay empresas privadas que desean invertir yrestablecer la antigua fama de Bulgaria, ya que aparte de lo tradicional hemos diseñado un gran número de productos pero hace falta una importante inversión”.
Otro producto, las bebidas espaciales, también espera su realización cuando sean resueltas las formalidades burocráticas. A pesar del interés de empresas extranjeras hacia el producto, fue elegida una compañía búlgara para la producción, señala la directora del Instituto Búlgaro de Criobiología.
“Se trata de bebidas probióticas fermentadas que están preparadas para las condiciones específicas del vuelo cósmico y esperamos que la Agencia Espacial Europea apruebe el proyecto”, señala la Dra. Nácheva. “Ya tenemos una empresa que los produce y esto es lo más importante. Hasta el momento estábamos limitados en teoría y realizábamos experimentos de un volumen menor pero ya existe la posibilidad de que se comercialice lo que producimos".
Aparte de los alimentos espaciales, el Instituto crea alimentos que son idóneos para deportistas, alpinistas y miembros de las expediciones antárticas.
“Todos estos productos se crean sobre el principio del secado por sublimación. Muchas veces he explicado que la liofilización se realiza sobre la base de un principio de la física denominado sublimación. La sustancia dura pasa en un estado gaseoso sin una fase líquida intermedia. El proceso se realiza con bajas temperaturas y presión y se envasan al vacío, explica Iliana Nácheva. Los productos liofilizados que se producen son concentrados, tienen una estructura y una consistencia muy fina, son mucho más ligeros, contienen muy poca humedad, de un 2%, y lo más importante es que se conservan sus sustancias nutritivas y biológicamente activas, así como su complejo de aromas y sabores. Esto elimina la humedad para que no puedan desarrollarse microorganismos y al mismo tiempo se conservan las sustancias nutritivas y biológicamente activas necesarias para el organismo”.
¿Una pregunta muy importante es en qué envase llegarán a los consumidores los productos de este tipo?
“Los alimentos liofilizados tienen una baja cantidad de humedad, de 2 a 5%, que está distribuida en todo su volumen y esto les permite que se conserven durante largo tiempo. Los principales envases que utilizamos son las hojas de aluminio y polietileno de tres capas. De esta manera a los productos no llega luz y humedad y pueden durar de 5 a 10 años, sin que sea necesario conservarlos en la nevera”, dice categórica la Dra. Iliana Nácheva.
Fotos: ikht.bg, agriacad.bg, archivo personal
Traducido y publicado por Hristina Táseva
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