Hoy, 28 de agosto, en muchas partes de nuestro país los búlgaros celebran en linea del estilo antiguo la Asunción, al igual que casi todo el mundo ortodoxo. La festividad es celebrada con especial honor en nuestro país, como lo demuestran numerosas reuniones, donde las familias se reúnen para honrar a la Gran Madre de Dios, como la llaman, para dar limosna para la salud y la prosperidad, a través de sacrificios consagrados. Para la ortodoxia, la Madre de Dios es la Reina del Cielo, una intercesora del género humano que extiende su protección celestial. Ayuda a los creyentes a resistir el mal, a discernir la verdad, a preservar los valores morales y también a tener esperanza en las mayores dificultades y pruebas.