En los Juegos en Montreal de 1976, Ivanka Hrístova no tuvo rival en el lanzamiento de bala, llevándose el título de campeona olímpica en esta disciplina
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Los Juegos Olímpicos que cada cuatro años reúnen a los deportistas más destacados de todo el mundo, tienen su origen (y su nombre) en las fiestas deportivas y religiosas que se realizaban en la Grecia clásica, entre los años 776 a.C. y 339 d.C. El atletismo es una parte muy importante de los Juegos Olímpicos desde que fueron creados en la Antigüedad. Integraba las competiciones antiguas la carrera de 192 metros. Los datos históricos sobre los ganadores en esta disciplina datan del año 776 antes de Cristo cuando fueron realizados los primeros Juegos Olímpicos. Siglos más tarde, después de que nació la Olimpiada Moderna en 1896, Bulgaria logró conquistar fama en el foro deportivo más prestigioso del planeta y en este deporte tan atractivo. Bulgaria fue uno de los 14 países que participaron en la primera olimpiada moderna, realizada sólo 18 años después de la liberación del país de la dominación otomana pero no tuvo representante en las disciplinas de atletismo. Fueron cuatro los atletas búlgaros que debutaron en la Olimpiada de Paris en 1924: Lyuben Karastoyanov, Kiril Petrunov, Anton Tsvetanov y Vasil Venkov.
En comparación con los demás deportes, el atletismo continuó desarrollándose lentamente en Bulgaria. En 1938 se celebró el Primer Congreso de la Unión Atlética Búlgara. La inbtegraron 459 hombres y 23 mujeres, sólo 120 de ellos mayores de edad.
Varios años más tarde, tras los Juegos Olímpicos celebrados en Munich en 1972, el mundo empezó a hablar con admiración de los atletas búlgaros. En Alemania Diana Iórgova ganó la medalla de plata en la disciplina salto de longitud. Iordanka Blagoeva clasificó segunda en el salto de altura. Aquel año Vasilka Stoeva ganó la medalla de bronce en el lanzamiento de disco, mientras que Ivanka Hrístova se sumó al triunfo femenino de Bulgaria ganando bronce en el lanzamiento de peso.
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Yordanka Blagóeva
Los Juegos en Montreal 76 resultaron muy exitosos para el atletismo búlgaro. Esta vez Ivanka Hrístova se mostró invencible en el lanzamiento de bala, logrando un primer título de campeona olímpica en esta disciplina. En 1976 Iordanka Blagoeva ganó su segunda medalla de bronce en el salto de altura. María Vérgova hizo suya la medalla de plata en el lanzamiento de disco, y Nikolina Shtéreva se clasificó segunda en la carrera de 800 metros siendo la primera atleta búlgara que participó en la final de dos disciplinas olímpicas. Un importante éxito entre los hombres logró Petar Petrov, finalista en los 100 metros sprint. Al año siguiente él ganó el bronce en la Olimpiada de Moscú en 1980. En esos mismos Juegos Olímpicos, María Vérgova logró la medalla de plata en el lanzamiento de disco.
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En el Mundial de Atletismo en Italia Stefka Kostadínova estableció un récord mundial de salto de altura de 209 centímetros, un récord que todavía sigue sin ser batido
El máximo triunfo del atletismo búlgaro llegó en los juegos que se celebraron en Seúl en 1988, donde Yordanka Dónkova conquistó el oro olímpico en los 100 metros vallas. Hristo Markov resultó campeón en el triple salto y su medalla fue el primer título logrado por un atleta búlgaro. Durante los juegos de Seúl, Stefka Kostadínova terminó segunda en el salto de altura. Tsvetanka Hrístova ganó el bronce en lanzamiento de disco. En la siguiente olimpiada, la de Barcelona, Hrístova ganó la medalla de plata en su disciplina, mientras que Iordanka Dónkova se agenció el bronce de 100 metros vallas.
La tradición establecida y las victorias atléticas búlgaras produjeron unas estrellas mundiales a finales de los 80 y a principios de los años 90 del siglo XX. Stefka Konstadínova fue una de ellas. En el Mundial de Atletismo en Italia, la búlgara estableció un récord mundial de salto de altura de 209 centímetros, un récord que todavía sigue sin ser batido. La fama olímpica de Kostadínova surgió durante los Juegos en Atlanta, en 1996 cuando ella triunfó con el título. En el año 2000 Tereza Marínova ganó el oro en triple salto en la Olimpiada de Sídney.
El máximo éxito de la carrera de 100 metros de mujeres registró Ivet Lálova, agenciándose el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004. En 2011 Lálova de nuevo demostró que se encuentra en excelentes condiciones físicas. Después de que en agosto se clasificó para los finales de los 100 metros del Mundial de Atletismo en Corea del Sur, los periodistas deportivos denominaron a Ivet Lálova “la mujer blanca más rápida del planeta”. Ahora Bulgaria está esperando que Lálova, así como los demás atletas búlgaros, se presenten de manera memorable en los Juegos Olímpicos que se celebrarán el próximo año en Londres. El atletismo reúne las palabras del lema olímpico “Más rápido, más alto, más fuerte” ("Citius, Altius, Fortius"). En 2012 en Londres competirán más de 2000 atletas en las diferentes disciplinas y nuestros deportistas tendrán la tarea de mostrar que las tradiciones búlgaras en este deporte siguen vivas.
Versión en español por Vésela Petrova
По публикацията работи: Alexander Markov
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