En el lejano año 1962, apasionados por la magia de la música de cámara, trece instrumentistas aunaron su talento guiados por un pensamiento artístico común. Así comenzó la historia de los Solistas de Sofía. A lo largo de decenios esta agrupación ha sido un brillante exponente del arte musical interpretativo de Bulgaria, y ha inspirado a múltiples compositores que le han dedicado gran número de obras.
La idea de crearlo surgió de forma espontánea en un grupo de músicos de la Opera de Sofía.
El primer concierto de la flamante agrupación, bajo la batuta de Mijail Angelov, fue acogido con gran entusiasmo. Inicialmente los solistas tocaban bajo otro nombre. En entrevista concedida en 1975, que guarda el Fondo de Oro de Radio Nacional de Bulgaria, uno de sus fundadores, Alexander Popov, recuerda:
“Estuvimos cavilando largo tiempo qué nombre dar a nuestra agrupación y optamos por Orquesta de Cámara de Sofía. Sin embargo, el nombre no era nuestra preocupación principal. En realidad nos reunió en su seno el gran amor por la música de cámara y sobre el telón de fondo de nuestro trabajo en la orquesta de la Opera de Sofía, concebíamos esta oportunidad como máximo aliciente y posibilidad de tener una manifestación artística de otra índole. Vimos qué autores solían quedar al margen de la cartelera de la ópera y nuestros primeros pasos consistieron en buscar y afirmar nuestro potencial artístico y creador”.
El amplio abanico de obras que incluye el repertorio de Solistas de Sofía va desde la música del siglo XV hasta la de nuestros días. Así, el conjunto se convirtió en factor primordial para la formación de criterios sobre la música de cámara en el público búlgaro.
El siguiente conductor que dejó su nombre en la historia de los Solistas de Sofía fue Vasil Kazandzhiev. En una entrevista que guarda el Fondo de Oro de Radio Nacional de Bulgaria él explica:
“El amplio público conoce la finalidad de nuestra agrupación desde sus orígenes hasta hoy. Consiste en difundir las obras maestras que hemos heredado del Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo, y afirmar las mejores piezas de la música contemporánea. Sin duda, semejante agrupación podía crecer sobre la base de la música clásica, que es el mejor punto de partida para dominar los demás estilos. Al mismo tiempo, una agrupación que pretendía cultivar un vasto repertorio como el nuestro y presentar la cultura nacional en el país y en el exterior, debía dedicar atención a la creación de los autores nacionales. Aprovecábamos nuestros contactos artísticos para convencer a los autores que éramos capaces de interpretar en estreno sus obras a un nivel realmente alto”.
Después de Vasil Kazandzhiev, la dirección de Solistas de Sofía fue asumida por Emil Tabakov, sucedido en el pupitre por Plamen Dzhurov, en 1988 En sus más de 50 años de historias el Conjunto de Cámara Solistas de Sofia se ha abierto camino al corazón de millones de oyentes y espectadores. No hay país del Hemisferio Norte del planeta en que no haya ofrecido conciertos en múltiples ocasiones. Ha realizado decenas de giras por América del Norte y del Sur, Asia y Australia.
Hoy, el nombre de esta agrupación y el de su director, Plamen Dzhurov, son medida de alta profesionalidad, y cada actuación de los Solistas de Sofía es un hito en la vida cultural nacional.
Con frecuencia los Solistas son socios preferidos por los músicos de fama mundial que vienen a actuar en Bulgaria. El conjunto no deja de tender la mano también a los más jóvenes, que están haciendo sus pinitos en la actuación individual con acompañamiento de orquesta.
Con motivo de su aniversario, el Conjunto de Cámara Solistas de Sofía fue distinguido con una Insignia de Honor por el Ayuntamiento de Sofía. Desde el año 2009, por iniciativa de los Solistas se celebra un concurso internacional de composición. En las tres ediciones que ha tenido hasta la fecha han participado más de 140 compositores de 30 países.
Versión en español por Raina Petkova
