Artesa o masera, se denomina el recipiente en que se amasa el pan. En el pasado eran una parte insustituible de la casa, igual que el hogar que era lo primero en edificar. Las artesas se elaboraban de una pieza íntegra de madera, habitualmente de olmo o carpe. El olmo servía para elaborar la nueva cerca y se creía que la casa rodeada de olmo nunca quedaría deshabitada, porque no hay mal que pueda atravesar el olmo.
El carpe también es un árbol especial. Tiene que ver con las leyendas que versan sobre la Virgen María. Cuando dio a luz a su hijo, la Virgen buscó por el bosque un árbol en que colgar la cuna del bebé y el único árbol puro que encontró fue el carpe.
Como todos los objetos vinculados con el pan, las artesas forman parte del espacio femenino en la casa pero se transmiten como una herencia de padre a hijo. Una vez elaborados y santificados nunca más abandonan la casa. “Donde esté la antigua artesa allí está el hogar”, solían decir otrora. Si un padre decidía construir una casa nueva para sus hijos, los jóvenes tenían que elaborar solos las artesas en las cuales sus esposas amasarían el pan.
En una casa nueva lo primero que hace el hombre es encender el fuego y la mujer amasa el primer pan en la artesa. Antes de esto, la artesa se ahumaba con incienso y se rociaba con agua de la que nadie había bebido. En el mismo orden se realizaban los ritos para dar la bienvenida a la nuera a casa de sus suegros. Después de atizar el fuego y darle una gira alrededor del hogar tres veces, la novia iba llevada donde la artesa. Allí dejaba regalos como pan, agua y un pañuelo que había elaborado con sus manos. La suegra debía decirle: “Te regalo la artesa, que siempre esté llena de masa”. Las artesas formaban parte de diferentes ritos para prevenir el mal de ojo, mala energía y magias. Tienen un importante papel cuando se amasa el pan ritual para un recién nacido, así como el pan destinado a acompañar al alma del difunto por el camino al más allá.
Hay diferentes prohibiciones relacionadas con las artesas. Según una de ellas, la artesa no debe permanecer descubierta. Lo mejor es cubrirla con la tapadura elaborada con este fin. De ninguna manera se debe pisar en las artesas porque acaecerá algo muy malo en la casa. Trae mala suerte si algún animal da un salto por encima de las artesas cuando éstas están preparadas para ser utilizadas.
Las artesas son uno de los símbolos del bienestar del hogar. Según la creencia popular, es bueno soñar artesas llenas de harina o masa, o que alguien esté tamizando harina en ellas. Esto significa que visitará la casa un huésped muy querido.
Versión en español por Hristina Taseva
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