Los búlgaros tienen fama de ser unos de los mejores hortelanos de Europa, y las hortalizas búlgaras tienen gran demanda por el mundo a causa de su excelente sabor. Tal es el caso del tomate de la variedad “corazón de buey”, o el del carnoso pimiento rojo búlgaro.
¿Podríamos conservar esas variedades criollas y desarrollarlas en las condiciones de la dura competencia en el mercado moderno movida por la aspiración de lograr un rendimiento cada vez mayor y, por ende, mayores beneficios?
“¡Tenemos la obligación de hacerlo!”, es la categórica opinión de la doctora Dimitrina Kostova del Instituto de Cultivos Hortelanos perteneciente a la Academia de Ciencias Agropecuarias. Recientemente esta investigadora fue premiada como directora de un proyecto europeo ejecutado en el Séptimo Programa Marco de la UE para el período 2007-2013, en la sección de Capacidades, que ofrece a los investigadores herramientas potentes para poder reforzar la calidad y la competitividad de la investigación europea. Se trata de aumentar la inversión en las infraestructuras de investigación en las regiones menos pujantes.
El proyecto se denominó EU-BALKAN VEGETABLES, Centro balcánico de investigación para el desarrollo de hortalizas con la finalidad de transferir conocimientos, prácticas e investigaciones europeas, aclaró ante nuestro micrófono la doctora Kostova.
“La finalidad era crear en los Balcanes una red interna para aunar a las personas que trabajan en el ámbito de la horticultura en esta península. Nuestro instituto era el centro de la red. En las conferencias que organizamos en Bulgaria participaron colegas de Macedonia, Serbia, Rumania, Grecia, Turquía. Estructuramos una magnífica red que sigue operando, y precisamente éste es uno de los criterios de sostenibilidad del proyecto acorde con los nuevos requisitos del nuevo programa marco para la investigación y la innovación Horizonte 2020. Así un proyecto puede continuar también después de concluir su fase inicial. En el marco del proyecto estaban previstas especializaciones de investigadores jóvenes en laboratorios europeos de prestigio, así como visitas a destacados investigadores europeos y presencia en sus conferencias sobre ámbitos prioritarios de la agricultura y la horticultura modernas. Fue mejorado el estado técnico de importantes laboratorios de nuestro instituto, como por ejemplo los dedicados a la alimentación de las plantas, la calidad de las frutas, la investigación de las enfermedades virales en la horticultura, etc. Un trabajo muy importante en el proyecto fue la creación de una red de comunicación entre las instituciones europeas y las operantes en Bulgaria en el ámbito de la horticultura. Organizamos conferencias y debates muy interesantes para los hortelanos sobre la financiación de las estructuras investigadoras y los problemas de la agricultura en general y de la horticultura en particular. Además, por ser un proyecto de desarrollo muy exitoso, fuimos incluidos en la red europea de excelencia de la investigación en alimentación y salud.
¿Cuáles son los problemas actuales de Bulgaria y la UE en este ámbito?
“No sería sorpresa para ustedes si les dijera que lo que se pretende es buena calidad de los alimentos”, responde la doctora Kostova. “En términos generales, ha sido logrado el máximo rendimiento en la mayoría de los cultivos. Sin embargo, la calidad es un indicador sumamente importante. Precisamente por esto, el proyecto hizo hincapié en la consecución de mejores frutas, ricas en antioxidantes y resistentes a enfermedades, para no emplear pesticidas en su cultivo y garantizar la alimentación sana de la población”.
¿Qué bio productos tienen buenas oportunidades de desarrollo en Bulgaria?
“Nuestro instituto posee un valioso germoplasma de hortalizas”, expresa la doctora Kostova. “Son hortalizas adaptadas a las condiciones de Bulgaria, con buenas cualidades de sabor. Tenemos la obligación de conservar ese germoplasma, no obstante la fuerte competencia de las variedades extranjeras, que tienen un magnífico aspecto, son muy rentables y muy resistentes a enfermedades, pero no saben bien. Por eso, creo que nuestra baza es el buen sabor. Además, las hortalizas criollas son muy saludables. Por ejemplo, tenemos magníficas variedades de tomate y pimiento, son las principales hortalizas a que se dedica nuestro instituto”.
¿Dará nueva vida a la agricultura búlgara el Programa Horizonte 2020?
“Todo depende de nuestro éxito al postular a financiación. Ojalá más colegas tengan la ambición de participar en estos concursos. Me temo que hay mucha competencia en esta esfera, pero cuando uno tiene la ambición de lograrlo, está motivado, ofrece buenos proyectos y encuentra buenos socios europeos, puede resolver muchos problemas. Estamos identificando las esferas en que podríamos ser competitivos. No es tarea fácil pero en todo caso postularemos a financiación del nuevo programa porque tenemos potencial intelectual, laboratorios bien equipados, investigadores jóvenes ambiciosos y con buenos contactos con colegas europeos. No hay motivo para que renunciemos al Programa Horizonte 2020”.
Versión en español por Raina Petkova
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