Bulgaria es uno de los países de más abundante patrimonio cultural en el mundo, comparable a Italia por esta riqueza. Este hecho, sin embargo transforma a este país no sólo en lugar atractivo para los conocedores sino también para buscatesoros, comerciantes desaprensivos y traficantes de valores culturales. A raíz de los esfuerzos mancomunados del ministerio del Interior, la Agencia Estatal para la Seguridad Nacional y la Fiscalía Nacional dos reliquias búlgaras únicas en su género fueron rescatadas para Bulgaria y restituidas a este país antes de producirse su venta ilegal en el extranjero. Se trata de un collar romano antiguo de oro, del siglo III, y de un damasceno-compendio religioso manuscrito-copia hecha por el literato renacentista búlgaro Todor Pirdopski. Las dos reliquias fueron exhibidas por vez primera en el Ministerio de Cultura:
“Prácticamente con estas dos piezas ensamblamos una pequeña parte del gran puzzle de los espacios en blanco en el patrimonio cultural búlgaro”, señaló el ministro de Cultura, Petar Stoyanovich. Estos dos objetos únicos en su género tienen, cada uno, un valor histórico-cultural, científico y financiero elevadísimo. El collar de la Antigüedad es una pieza rara y es una de las muestras mejores de la orfebrería en as provincias orientales del Imperio Romano. Está elaborado de oro de alta ley y tiene un peso de 38 gramos y medio. Es una cadenita de eslabones entrelazados en sus dos extremos que se abrochan con un pequeño gancho en forma de una S. En el centro del collar hay dos tipos de cuentas que se alternan y se enlazan unas con otras, unas de ellas semicilíndricas, de decoración horizontal en relieve, otras de forma cuadrada con pirámides insertadas en ellas. Están elaboradas de forma que todo el collar irradie luz al reflejar los rayos del sol. Respecto al damasceno, hay que decir que ostenta el autógrafo de uno de los últimos literatos búlgaros que copiaban libros a mano, el Maestro Todor, que trabajó principalmente en la ciudad de Pirdop en la primera mitad del siglo XIX. El compendio comprende 29 notas sobre diferentes santos e importantes festividades eclesiásticas y está decorado con 26 miniaturas a color.
El director del Museo Nacional de Historia, Bozhidar Dimitrov, dice refiriéndose al carácter único de estos dos monumentos de la cultura: “Lo único que presentan es que se han mantenido bien conservado. Hay que tener en cuenta que los manuscritos llegan a nosotros, a veces bastante dañados, rotos, comidos por ratones, por mohos. Este manuscrito se encuentra relativamente bien conservado. Es igualmente una rareza el que está decorado con miniaturas. En cuanto al collar de oro es, de veras, una obra maestra. Hay collares similares pero no idénticos a éste. Se ha conservado en su integridad, raramente hemos encontrado tales objetos enteros”.
El historiador Dimitrov opina que el collar probablemente perteneció a una aristócrata acaudalada. En el siglo III había en esa zona importantes ciudades romanas como Nicopolis ad Nestum - en proximidad a la actual ciudad de Gotse Delchev -o la ciudad de Scaptopara, la actual Blagoevgrad. Y agrega: “Hemos consultado obras sobre la orfebrería mundial y hemos comprobado que en ellas no hay referencias a un collar tan precioso y bello como el nuestro. Esto nos movió a mostrar precisamente este collar aunque ya tenemos más de 60 mil muestras de tales joyas. Muy probablemente se trata de un collar de factura local pues Tracia y Macedonia fueron las dos provincias más prósperas del Imperio Romano en las que había muchos ricachos que solían ser ex aristócratas tracios”.
La robada copia búlgara del damasceno, rescatado de la venta en la mundialmente famosa casa de subastas Sotheby´s, es un libro de 128 folios de los cuales faltan los 24 iniciales. Probablemente, las hojas fueron arrancadas premeditadamente para ocultar el paradero del libro. La falta de estas hojas iniciales dificultó datar con precisión el año y el lugar donde se había hecho la copia. Lo que se ha comprobado, sin asomo de dudas, es que en 1870 leían esta obra los vecinos del pueblo de Makotsevo, en las afueras de Sofía, nos dijo Boriana Jristova, directora de la Biblioteca Nacional San Cirilo y San Metodio. Dice que a datar el libro ha contribuido también el hecho de que, posteriormente, el literato tuvo una ruptura muy brusca con la tradición canónica. La directora agrega: “En la Biblioteca Nacional se guardan siete manuscritos suyos, todos ellos colmados de predicciones y signos del Zodíaco y de su descripción hasta el año 2000. O sea, se trata de un manuscrito temprano que el copista hizo mientras se atenía aún a las normas eclesiásticas. Yo consideró que escribió el libro en el período desde 1825 hasta 1828. El Maestro Todor fue, además, un pintor muy interesante y dibujó uno de los juegos de augurios más hermosos en la tradición escrita nacional. Sus manuscritos gozaban de gran popularidad. Los encontramos dispersos en toda Bulgaria. El descubrimiento y el retorno a Bulgaria de este manuscrito ha sido muy importante por tratarse de un elemento muy significativo de la cultura escrita búlgara del siglo XIX”.
Versión en español por Mijail Mijailov
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