En este país se dedica cada vez más atención al turismo alternativo y a las atracciones locales. Bulgaria cuenta con potencial para impulsar el turismo de alternativa y especializado, declaraba el ministro de Economía, Energía y Turismo, Branimir Botev, ante los participantes en la conferencia internacional titulada “La comida y la naturaleza de Bulgaria al servicio de los negocios verdes sostenibles”, organizada en el marco del V festival Jornadas Verdes en Sofía.
Lo declarado por el ministro es indudable, y es ya un hecho. Crece el número de las personas que se interesan por el turismo alternativo. Un elemento de éste es el llamado turismo gastronómico, con una creciente oferta de festivales del arte culinario en diferentes ciudades del país, como por ejemplo el Festival del Yogurt en Razgrad, el festival del Pan en la aldea de Rabovo, próxima a Haskovo, el Festival de la Calabaza en Sevlievo, el de la Pierna de Ciervo en Elena, etc.
Crece el número de los profesionales de la restauración que atraen a los turistas con manjares autóctonos preparados según antiguas recetas locales. Tales son el “patatnik”, (una tortilla de patatas), el “chomlek” (carne de cerdo azada con hortalizas en un pote de barro), “Klin” (pastel de hojaldre con relleno de arroz) y otros manjares típicos de la región del monte Rodope.
En el pasado, esta región no contaba con buenas carreteras que la comunicaran con el resto del país. Ello dificultaba el abastecimiento con víveres. Las mujeres preparaban la comida solo a base de los productos de su huerto: alubias, patatas, trigo, etc. En la mesa nunca faltaban la leche ni sus derivados. El ama de casa diversificaba el menú combinando las patatas con las alubias, la col con el arroz, los frijoles y las lentejas con las patatas, etc. Todos los productos eran utilizados en su estado natural.
Un flamante festival que se desarrolla por primera vez en la zona del monte Rodope es el del cordero asado sobre brasas “Cheverme”, en la ciudad de Zlatograd. El “cheverme” de cordero es un manjar emblemático de esa zona y era extraño que hasta ahora a ninguna población del macizo Rodope se le hubiese ocurrido dedicarle un festival para atraer a más turistas. Los primeros en hacerlo han sido los vecinos de Zlatograd.
En los últimos años esa villa supo ganarse popularidad gracias a diversas actividades organizadas por su Ayuntamiento y por los empresarios locales. Comenta el sentido y el papel de las atracciones turísticas para el desarrollo de la región Alexander Mirtushev, creador del conjunto etnográfico de Zlatograd.
“Con la buena idea de organizar un Festival del Cordero Asado Cheverme a comienzos de mayo Zlatograd logró atraer a multitud de personas no obstante la lluvia que no dejó de caer esos días. La conjugación del turismo gastronómico con el cultural y de acontecimientos aporta al desarrollo de nuestra hermosa ciudad en el macizo Rodope y genera trabajo para la gente local. Esta conjugación es un ejemplo de que la alimentación y la naturaleza de Bulgaria son parte del emprendurismo verde sostenible en este país.
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