El presidente búlgaro,Rosen Plevneliev,disolvió el Parlamento y nombró un Gobierno interino, presidido por el catedrático, Georgi Bliznashki. Es el cuarto Gobierno interino desde el inicio de la transición a la democracia que comenzó en 1989 y el segundo durante el mandato del actual Jefe de Estado.

Se llegó a esta situación al cabo de protestas masivas de ciudadanos contra el Gabinete Oresharski y sospechas de actuaciones de éste entre bastidores, que causaron una grave crisis política y parlamentaria. Con el Gabinete Bliznashki el poder vuelve en el poder del pueblo para que los ciudadanos, mediante su voto el 5 de octubre del corriente, marquen un nuevo punto de partida para Bulgaria.

El 90º Gobierno búlgaro es integrado por varios expertos de alto nivel y por caras de las protestas, como es la del primer ministro interino, Bliznashki. Hay también cuatro viceprimeros ministros responsables de cuatro áreas clave: economía; política social; justicia, interior y seguridad; gestión de los subsidios europeos.

Rosen Plevneliev calificó los nombramientos como un signo de respeto al orden constitucional, la primacía de la ley y la sociedad civil democrática y pro-europea en Bulgaria. El profesor Bliznashki es un constitucionalista eminente, demócrata y europeo, un ciudadano activo, como lo son también los viceprimeros ministros.

La tarea principal del Gabinete Bliznashki será preparar unas elecciones libres y justas, y recuperar la confianza del pueblo. “Si la preparación de decisiones importantes para este país se iniciara de una forma no partidista y profesional, contaría con el apoyo público y garantizaría a cada gobierno siguiente la confianza pública necesaria”, opina el Jefe de Estado.

Entre las tareas urgentes del Gobierno interino, Plevneliev indicó la revisión del Presupuesto del Estado. He aquí sus argumentos: “El Gobierno interino no actuará de forma revanchista, pero dirá la verdad y no ocultará de los ciudadanos búlgaros el estado actual del país. Demostrará que la gestión del Estado puede estar abierta a la sociedad civil y que las ideas que el pueblo genera pueden formar parte del programa de gestión. Para mí, el verdadero héroe del año pasado es la sociedad civil búlgara que demostró haber crecido mucho más que la clase política y haber desarrollado una sensibilidad infalible hacia todo lo deshonesto y decidido entre bastidores”.
 
El primer ministro Bliznashki afirmó que su deber principal será atenerse a las normas y al espíritu de la Constitución de Bulgaria. Según él, en tiempos de grave antagonismo político, la Carta Magna debe ser el punto de partida para recuperar la moral pública y restablecer la confianza de los ciudadanos en las instituciones.

”El Gobierno interino no discute reformas constitucionales, no propone ni aprueba leyes, no elabora el Presupuesto. Tiene mandato de tiempo limitado en dos meses, y cuenta con facultades limitadas”, hizo recordar Georgi Bliznashki subrayando: “No cabe duda que este Gobierno debe asegurar, sobre todo, una buena administración que responda a las necesidades de la sociedad en su conjunto, como a las de cada ciudadano. Por ello, el Presidente argumentó de modo legal y fundamentado las prioridades y las tareas como sigue: estabilizar los principales sistemas públicos y las esferas de gobierno; mejorar la imagen de Bulgaria en la UE y ante los socios de la OTAN; continuar el trabajo sobre las reformas clave. A pesar de los recursos muy limitados de que dispondrá el Gobierno interino, tras la negativa de los partidos parlamentarios a actualizar el presupuesto, no vamos a permanecer ciegos y sordos ante el dolor y los problemas de los ciudadanos búlgaros damnificados por los desastres naturales, y haremos lo posible para ayudarles. Manifestemos una solidaridad nacional para con esas personas y oremos porque la naturaleza sea más misericordiosa”.

Y en conclusión, el Primer Ministro dijo: “Durante 405 días, los ciudadanos búlgaros demostraron su voluntad firme y su determinación coherente de defender su dignidad humana y sus ideas democráticas ante los arrogantes intentos de la oligarquía de imponer su dictadura en el país. Es un hecho que ellos defendieron su derecho de ser la fuente del poder en el Estado y su árbitro moral. Ahora deben dar el siguiente paso, participar activamente en la campaña electoral y elegir a sus representantes de forma libre. El poder vuelve a su pueblo. Ojalá, como ciudadanos responsables que somos, demos prueba de ser una nación sabia y orgullosa, capaz de autodeterminarse, autogobernarse y decidir su destino”.

Versión en español por Ekaterina Bobeva