Después del Pleno de Abril de 1956, en que el poder en el Partido Comunista Búlgaro (PSB) fue asumido por Todor Zhivkov, los búlgaros fueron sujetos a todo tipo de iniciativas. Las inversiones en la agricultura y la ganadería fueron reducidas para dar paso a la industria pesada que tenía que asegurar trabajo a los campesinos búlgaros que acudían en masas a las ciudades.
Al mismo tiempo, Zhivkov seguía fortaleciendo su poder en el partido. El 12 de julio de 1957, por su “actividad contra el partido, arribismo y la formación de grupos contra el partido", del Comité Central del Partido Comunista Búlgaro fueron excluidos Yonko Panov, Dobri Terpeshev y Georgi Chankov. En estas circunstancias en junio de 1958 en presencia del líder del Partido y de Estado de la Unión Soviética, Nikita Jrushchov, se celebró el VII Congreso del PSB. En el plano interno, Jruschov reafirmó el poder unipersonal de Todor Zhivkov y aunque en el Buró Político no entraron personas nuevas, en el Secretariado y en el Comité Central fueron elegidos muchos partidarios de Zhivkov. En el plano de política externa, el Congreso decidió rechazar las acusaciones de hegemonismo que los comunistas yugoslavos dirigieron hacia el Partido Comunista de la Unión Soviética y descartar “los caminos nacionales” hacia el socialismo.
El congreso se convirtió en una expresión y en una encarnación viva de la poderosa unión y cohesión de nuestro partido, de sus cuadros y miembros en torno al Comité Central, señalaba Todor Zhivkov. ¿A qué se debe esta unidad? Su fundamento principal es la correcta política del partido, la línea marxista-leninista y dimitroviana del Comité Central. La experiencia del movimiento internacional comunista y de trabajadores y la de nuestro Partido muchas veces han demostrado que sin la debida orientación marxista-leninista, sin una línea marxista-leninista consistente, la unidad ideológico-política y organizativa del partido no podría ser preservada. Las desviaciones hacia la izquierda o hacia la derecha de la línea marxista-leninista correcta, sus oscilaciones inevitablemente provocan fisuras en la unidad del partido”.
Las decisiones más importantes del VІІ Congreso, sin embargo, están relacionadas con el sector económico: se aprobaron directrices sobre la aceleración de la ejecución del tercer plan quinquenal del desarrollo de Bulgaria en el período 1958-1962. La propaganda partidista lo llamó “Congreso del régimen socialista vencedor”, porque el 92 % de las tierras labradas ya formaban parte de las Cooperativas socialistas, y el 99,99 % de la industria, la construcción, el transporte ya eran propiedad del Estado y toda posibilidad de que el capitalismo retornara estaba eliminada.
“Compañeros, el VII Congreso del PSB ha terminado su labor fructífera. En la historia del Partido y del pueblo búlgaro este congreso se quedará como un congreso del socialismo victorioso en nuestro país, señalaba Zhivkov. Esta conclusión principal, que fue expresada de forma espontánea durante el Congreso y recibió una aprobación unánime, es acertada y precisa. Ella expresa el hecho indiscutible de que en la República Popular de Bulgaria el socialismo ha vencido y reina en todas las áreas de la vida socio-política, económica e ideológica. No cabe duda alguna que el VII Congreso tendrá una importancia histórica enorme para el desarrollo del Partido y del país”.
De hecho, el congreso sigue los pasos de Mao Zedong que ya había empezado en China la realización de la política del “Gran salto”. En el pleno del PSB del 11 de noviembre de 1958, incluso, fue decidido no sólo acelerar el ritmo de desarrollo sino realizar un “salto en el desarrollo del país”, a semejanza del modelo chino. Fue creado también el movimiento de trabajo comunista que debía ayudar a realizar el salto. No fue casual el que un año antes, en una reunión de los países fraternos en Moscú, Mao Zedong reconociera en Todor Zhivkov el futuro primer ministro del sistema socialista mundial.
En la teoría, el cuadro que describía Zhivkov parecía maravilloso: en 3 o 4 años se iban a cumplir los planes quinquenales y correrían ríos de leche y miel, gracias a los sistemas de irrigación en la agricultura y el desarrollo de las explotaciones ganaderas, mientras que en la industria se iba a realizar un salto utilizando los esfuerzos de los trabajadores y también los de los empleados y los estudiantes.
En la práctica, Zhivkov pronto se dio cuenta de que este salto era una tarea imposible para una Bulgaria pequeña y pobre en recursos y volvió su mirada hacia el gran hermano, la Unión Soviética: En esta gran batalla nosotros no estamos solos. Tenemos un hermano, un amigo fiel y un protector: la poderosa Unión Soviética, con cuya ayuda podremos conquistar cualquier fortalez”. Dicho en otras palabras, recibir materias primas baratas a cambio de obediencia y de convertir a Bulgaria en un fiel satélite de la Unión Soviética, Incluso, en un momento posterior, en una carta dirigida a Jruschov, se pidió que el país sea aceptado como la 16ª república de la Unión Soviética.
Todo esto se repetirá también en el siguiente, VIII Congreso del PSB del 14 de noviembre de 1962, en que se tomó la decisión de “construir la base material del comunismo” en Bulgaria hasta finales del siglo XX. Las cosas continuarán así hasta noviembre de 1989 cuando las cámaras de la televisión, que trasmitían el pleno de turno del Partido, mostrarán con imparcialidad "El otoño del patriarca" que, con la mirada incrédula, finalmente parecía darse cuenta de que el poder absoluto y el colapso de las ilusiones están a tan sólo un paso de distancia el uno del otro.
Versión en español por Ruslana Valcheva
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