Sonriente, alegre, llena de optimismo. Iliana Stoilova es una de los jóvenes felices que logran descubrir y captar la belleza para mostrarla a los demás. Hace poco que se graduó en ingeniería de diseño por la Universidad de Ingeniería Forestal, de Sofía, y da sus primeros pasos en la Fábrica de arte urbano en Sofía. Allí está el taller donde trabaja con dos chicas. Las tres son muy activas en su trabajo. Con frecuencia debe llevar en su bolso diferentes instrumentos en vez de maquillaje y pintalabios.
“No es muy típico para unas chicas trabajar con taladradoras o máquinas que cortan metal pero lo hacemos cada día y tratamos de perfeccionar nuestras habilidades”, dice Iliana. Me alegro mucho porque me ocupo de diseño y de todo lo que está vinculado con la creación de algo bello. Cuando uno vierte todo su amor en algo este sentimiento regresa a él con toda su fuerza. Espero poder desarrollarme en este ámbito. Elaboramos los muebles para un centro de información en uno de los mercados céntricos de la capital donde se organizan mercadillos para productores agrícolas. Esta campaña es muy próxima a mi modo de vida y a la manera en que concibo el mundo. La idea de estos mercadillos es que los consumidores se reúnan con los productores de todo tipo de alimentos caseros”.
Iliana crea todo con gran paciencia y mucho cariño. No lo hace por el dinero, sino con la idea de que el dinero venga gracias a la energía con que lo hace. A diferencia de muchos jóvenes que no ven perspectiva de desarrollo en Bulgaria, Iliana desea realizar sus sueños en su país natal.
“Me gusta mucho viajar porque uno ve diferentes culturas y personas. A pesar de esto, Bulgaria es nuestra patria y debemos desarrollarnos aquí. No debemos quejarnos y subrayar lo que no nos gusta. Lo que hemos de hacer es cambiar las cosas que no nos agradan. Me dedico al diseño de muebles porque a través de los objetos que creo puedo cambiar el espacio y alegrar a las personas que lo habitan. Los muebles a nuestro alrededor son importantes ya que llevan determinada energía en sí. Los elaboro con sentimiento muy positivo y quiero que traigan felicidad a otras personas”.
La joven diseñadora ama la naturaleza y desde pequeña se dedica al surf. Por esto suele pasar sus veranos cerca del mar donde casi cada día enseña a niños y adultos cómo surfear.
“Gracias a mi contacto directo con la naturaleza me doy cuenta de la fuerza y de la seguridad que me da. Al mismo tiempo, veo que las personas la concebimos como algo dado a que no prestamos gran atención en nuestra vida diaria. Procuro alimentarme sanamente, preservar el medio ambiente y reciclar. Incluso los muebles que elaboro están basados en el principio de insuflar vida nueva a muebles viejos. Uno de los objetos interesantes que he hecho es un trineo sobre ruedas, un trineo de verano. Junto con una colega mía elaboramos un televisor que transmite solo noticias positivas. Trato de ver solo las cosas positivas y mostrar a la gente que todo es posible si uno lo desea. A veces choco con gran negativismo. Trato de verlo desde otro punto de vista y quiero mostrar a la gente que las cosas pueden ser diferentes si uno logra verlas así. Si reflexionamos sobre el mundo en que vivimos veremos que es diferente de lo que vemos con nuestros ojos”.
Versión en español por Hristina Taseva
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