El Gran Premio del IV Concurso Internacional de Cerveza Casera ha sido otorgado este año a Michal Ferko, de Eslovaquia, quien dejó impresionado al jurado de catadores por la cerveza negra de alto contenido de alcohol, Eisbock. La bebida descolló por su rico sabor a malta y una dulzura que primero acaricia el paladar para adquirir un matiz suavemente amargo al ser ingerida, despertando una fragancia afrutada. Sólo un voto menos no le alcanzó para ser premiada la otra cerveza de Ferko, “TBD”, o sea, To be discovered, “una cerveza de gran potencial de desarrollo”, como la llamaron una parte de los catadores. Las categorías en las cuales competían los productores caseros fueron: cerveza de trigo belga, Wir; cervezas lager fuertes, Bock: cerveza ahumada, Rauch, cerveza norteamericana IPA y cervezas experimentales.

Mientras los catadores se esforzaban por lograr consenso sobre cuál de las casi 90 marcas de cerveza participantes se merecía el título de Gran Campeón, los aficionados disfrutaban de una relajada tarde de ocio. Casi 400 litros de cerveza casera y artesanal estaban destinadas para los visitantes del club “Terminal I”, de Sofía, en el que se podía beber “a discreción”.

Temelko Pampov, presidente de la Asociación de Cerveceros Caseros, aporta más detalles sobre la creación de este concurso y la creación de cerveza en condiciones caseras.

Todas las cervezas que fueron presentadas se situaban a un nivel extraordinariamente alto. Los finalistas fueron valorados por un jurado competente del que formaban parte Liudmil Fotev, Svilen Kirilovski, Tordan Chenkov, Peter Bognar, entre otros. Se esforzaron muchísimo por elegir al Gran Campeón.Todos y cada uno de los cinco candidatos reunían todas las cualidades para triunfar. Cuesta encontrar en el mercado cervezas de alcohol tan fuertes. El cervecero aficionado todo lo confecciona solo, incluso el equipamiento que utiliza. Tras ser producida la cerveza y compartida con una peña de amigos, la bebida se transforma en tema de la conversación y por ella se empiezan a interesar más personas.

En el club “Terminal I” se notaba la peña de amigos más ruidosa y risueña. Eran socios de la asociación de coleccionistas de artículos cerveceros en Bulgaria. Su coordinador Ognian Asparujov se refirió, primero, al concurso y luego ofreció detalles sobre su colección.

Lo bueno es que cada año que pasa van aumentando los participantes y, por consiguiente, crece también el número de los distintos tipos de cerveza, algo que enriquece la cultura cervecera del búlgaro. Lo que más me gustó a mi fue el stout ahumado. Colecciono posavasos, poseo más de 12 mil de diferentes países. Mis colegas coleccionan chapas, etiquetas, latas, vasos, botellas, abridores, etc. Lo que nos mancomuna es la cerveza. La buena cerveza se bebe en buena compañía. Espero que una parte de las cervezas que hoy he catado las podré comprar pronto en la tienda.

Es algo que ya es un hecho par vencedores de ediciones anteriores del concurso, quienes ya tiene abiertas sus micro cervecerías para alegría de sus admiradores, desde Varna, Glarus, hasta Gorna Bania −en las afueras de Sofía− con la cerveza Blek Pine.

Los rostros de amantes de la cerveza ya veteranos en semejantes eventos se alternaban con las nuevas caras de aficionados en ciernes. Las colas ante los estands en que se despachaba cerveza a granel se fundían una con otra. No obstante, nadie miraba de reojo ni con irritación. La fuerza de la cerveza era evidente por su capacidad de crear un ambiente grato y generar emociones positivas.

Vasko, cervecero principiante, dice risueño: He venido a este concurso con objetivos tanto de aficionado como profesionales. La idea que me mueve es poder adquirir aquí unos conocimientos básicos para luego invertirlos en mi iniciativa. Al comienzo lo de producir cerveza no pasaba de un hobby para mí. Mis padres se oponían a mi empeño, porque yo hacía uso de las cacerolas en casa. En los primeros experimentos hubo ciertos apuros. Ahora ya trabajo en forma más profesional y estoy montando una instalación cervecera para poder producir cerveza de mayor calidad. No hay cosa mejor que la cerveza compartida con amigos y el reconocimiento de éstos.

La producción de cerveza casera se va granjeando cada vez más adeptos. Se ha hecho añicos el tópico sobre la cerveza como una bebida que disfruta básicamente del interés de los consumidores masculinos. Así, hubo una tierna presencia femenina tanto entre los integrantes del jurado como en las filas de los cerveceros caseros. No obstante, los vencedores, por categorías, fueron exclusivamente hombres: Iván Vukov, cerveza Wit belga: Michal Ferko, cerveza Bock; Jristo Tsochev, IPA norteamericana: Kiril Zmirchiuk, cerveza ahumada y Michal Ferko, cerveza experimental.

El IV Concurso Internacional de Cerveza Casera finalizó con la premiación de los cerveceros mejores, con muchas sonrisas, aplausos, votos de buena salud y, lógicamente con el brindis tradicional, “Salud”.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Luisa Lazarova