La tarjeta de visita de Liudmil Georguiev es muy abigarrada. Es un ex funcionario del sistema del Ministerio del Interior, de una experiencia profesional de más de 27 años. Se graduó por la Academia del Ministerio del Interior, así como por la Facultad de Periodismo de la Universidad de Sofía san Clemente de Ojrid, se especializó en criminalística en Rusia, Holanda y otros países europeos. Es profesor de criminalística y peritajes judiciales en las universidades de Ruse y Varna. Tiene larga experiencia como perito en el Tribunal Municipal de Sofía en la preparación de informes periciales en el campo de las investigaciones basadas en grabaciones de video y documentos. Liubomir Georguiev cuenta cómo compagina sus múltiples hobbies con los deberes profesionales.

Tengo muchos hobbies. El principal es la colección de gorras de plato, cascos, boinas que usan los policías, los funcionarios de las fuerzas navales, los militares, los policías y los bomberos. Hasta el momento tengo coleccionados 515 tocados de más de 50 países y son sobre todo gorras de plato. En el año 1995 un amigo mío de Inglaterra me regaló un casco muy bello de un policía inglés, los llamados Bobby. Durante mucho tiempo este tocado se encontraba en mi gabinete hasta el momento en que se me ocurrió que podría agregar mi gorra de teniente y así se sentaron los cimentos de una colección que a través de  los años fui ampliando.Viajo por el extranjero y visito tiendas y mercados de antigüedades para comprar nuevas cosas para la colección. Desde luego, mis colegas de Bulgaria y del extranjero que trabajan en las estructuras de la policía me ayudan para enriquecerla, cuenta con orgullo nuestro interlocutor.

La gorra de plato más antigua en su colección es de 1913. Pertenecía a un oficial alemán, y una de sus últimas es muy exótica ya que es de las filas del ejército colombiano. En el Libro Guiness de los Récords hay un propietario del mayor número de gorras de plato. Es un policía de tráfico de Berlín que hacia el año 2014 poseía 2300 gorros de este tipo. El señor Georguiev tiene el deseo de entrar en contacto con él para intercambiar experiencia. Hasta el momento la atractiva colección ha sido vista por aficionados a este tipo de accesorios en la biblioteca regional de la ciudad de Targoviste, así como en algunas ciudades en el noreste de Bulgaria.

Ahora, acercándonos al 6 de mayo, Día de la Valentía y del Ejército Búlgaro, el señor Georguiev señala que a pesar de que el ejército y la policía tienen diferentes funciones se siente muy emocionado cuando hay una marcha, banderas y gente en uniformes. El 6 de mayo es una fiesta del heroísmo y siempre debemos recordar al ejército búlgaro con sus buenos lados, dice él y agrega: No obstante los problemas estructurales y las demás dificultades, sin el ejército y la policía un país no puede existir. Debemos hacer lo posible para respaldar a los funcionarios de estas estructuras.

Liudmil Georguiev es, además, autor de 7 libros: relatos y novelas basados en temas policiales y criminales, su octavo libro está dedicado al 60 aniversario de la más importante regata de remo en el mundo y se titula Sobrevivencia por el Danubio, desde Ingolstadt hasta el Kilómetro Cero. En esta obra hay más de 280 fotos ya que fotografía y las películas que graba son otro de sus pasatiempos favoritos. Además, por su iniciativa se han realizado seis juegos didácticos infantiles sobre diferentes profesiones titulados Hazte el mejor. Opina que estos juegos aproximan a los niños y los padres y los distancian de los juegos virtuales que se han apoderado de la joven generación:

“Lamentablemente, como profesor, observo una tendencia a un nivel cada vez inferior en la educación, en la preparación en las diferentes disciplinas escolares y esto me tiene preocupado. Se ha roto en gran medida el hilo que une a padres e hijos. La falta de deseo de diferentes comunidades de integrarse y de estudiar es aterradora. La impunidad, la falta de valores y respeto a la Ley conduce al hecho de que un número cada vez mayor de gente desacate elementales reglas de comportamiento. Durante mis estudios en el extranjero vi que niños y alumnos presencian los procesos judiciales para ver cómo transcurren. Esto en gran medida es una prevención y respeto por la Ley. Desgraciadamente en Bulgaria esto no existe. Se observa una negligencia y se levanta la voz de alarma cuando ya es demasiado tarde o cuando algo se ha pagado con la sangre de personas inocentes. Apenas entones prestamos atención. Aconsejo a los universitarios a quienes imparto clases, los futuros juristas y policías, que respeten la ley, que se atengan a ella y que sean ejemplo para el resto de los ciudadanos”, dice en conclusión Liudmil Georguiev.

Versión en español por Hristina Taseva
Fotos: Archivo personal