Según datos más recientes, en la Tierra viven unas 7.300 millones de personas. Los residuos que tiramos son un problema para el Planeta del que todavía no se habla lo suficiente. En los últimos años, sin embargo, van multiplicándose las llamadas iniciativas verdes, los llamamientos para proteger el medio ambiente y para un uso más racional de los recursos hídricos son cada vez más insistentes.
Por invitación de la Fundación Credo Bonum han llegado a Bulgaria representantes de una empresa española cuyo objetivo es mostrar que la basura se puede reciclar y participar en la creación del arte más diverso. Mónica Herrero, de la oficina de la empresa en Madrid, cuenta lo siguiente:
Basurama es un colectivo creativo con sede en Madrid. En cada proyecto participamos con personas distintas, locales y voluntarios. Basurama significa que nos gusta la basura pero queremos pensar en las cantidades que producimos. Siempre decimos que en nuestros proyectos cada uno tiene algo que dar de sí mismo. Cada uno debe aportar su mejor esencia. Si tienes un proyecto y la gente que está en tu equipo es la adecuada, bien, pero si tienes un proyecto sin un marco específico cualquiera puede unirse y enriquecerlo.
Hasta la fecha el Estudio ha realizado más de un centenar de proyectos en distintos puntos del planeta. Actualmente se está negociando con escuelas madrileñas para proporcionarles pizarras antiguas que ya no se utilizan. Con ellas se harán mesas de ping–pong que se donarán a los alumnos para que jueguen a su juego favorito.
En Sofía Basurama creará la instalación In love we trash. Se trata de un globo gigante hecho de bolsas de plástico. El material no se ha elegido al azar, ya que el plástico es la comodidad que nos mata. Anualmente se produce más de un trillón de bolsas de plástico, cada una de las cuales tarda 100 años en descomponerse. Si caen en los mares y océanos no se descomponen nunca porque allí no hay luz ni calor. Debido a la contaminación de las bolsas de plástico, cada año mueren alrededor de 100.000 animales marinos. Para producirlas son necesarios anualmente 16.000 millones de litros de petróleo. Hasta el momento, la instalación se ha mostrado en Ciudad del Cabo, Madrid, Estambul, Bangkok, Sao Paulo y Boston. En Sofía será construida en un lugar muy céntrico, como parte de la iniciativa Libros por basura que empezará el 22 de abril y recorrerá 10 ciudades búlgaras. Todo el que lleve un kilogramo de plástico recibirá a cambio un libro gratis. En 2016 se recogieron y se reciclaron de este modo 19 toneladas de plástico y se entregaron 17.000 libros nuevos.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: basurama.org
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