La ciudad septentrional de Pleven tiene una rica historia, y es también cuna de varios centenares de personalidades que han contribuido al desarrollo de la cultura búlgara. “Pleven, ciudad de mis sueños...”, canta en uno de sus temas la leyenda de la música ligera búlgara Emil Dimitrov, natural de esta ciudad. La melodía resuena a cada hora desde la torre del reloj del Ayuntamiento, situado en el centro de la población. A unos metros de distancia está el mausoleo a los soldados rusos y rumanos que murieron en la Guerra Ruso–Turca de 1877 a 1878, libertadora para Bulgaria, y también las hermosas cascadas de agua y el hammam público antiguo.

En 1984 el edificio del mismo fue convertido en una galería de arte muy frecuentada por los visitantes. Alberga una exposición permanente reunida durante décadas por Svetlín Rusev, eminente pintor, personalidad de la vida pública y coleccionista búlgaro, quien donó a Pleven, la ciudad de su mocedad, cientos de obras de arte. María Meskín, directora de la galería de arte que recoge la colección, donativo de Svetlín Rusev, comenta:

El edificio del hammam antiguo es una obra maestra arquitectónica. No fue construido en tiempos del dominio otomano, pese a que exista tal opinión. Fue edificada en la libre Bulgaria en base al diseño del genial arquitecto Nikola Lázarov, junto con el mausoleo y otros monumentos de agradecimiento a los liberadores de Pleven. El que fuera entonces alcalde ordenó construir “el más hermoso hammam público”. Costó mucho pero valió la pena; hasta hoy en día este edificio no ha perdido su belleza, es un monumento arquitectónico de importancia nacional. La extraordinaria exposición reúne arte búlgaro y extranjero de los siglos 18, 19 y 20. Las obras donadas hasta el momento por el Acad. Svetlín Rusev ascienden a 420 pero él sigue enriqueciendo la colección. En la galería encuentran un oasis espiritual visitantes de todo el mundo. Independientemente de las dificultades que hemos tenido, la galería nunca cerró sus puertas.

En los salones, de diferente tamaño y formas geométricas, se pueden ver pinturas de grandes pintores clásicos nacionales como, por ejemplo, Zlatyu Boyadzhíev, Tsanko Lavrenov, Vladimir Dimitrov El Maestro, Dechko Uzunov, y también las obras de artistas contemporáneos de la talla de Nikola Manev, Guenko Genov, Gueorgui Bozhílov, etc. Hay también iconos, arte plástico africano, figuras cristianas de la India, pequeñas esculturas de Rodin y Degas. En las torres del hammam antiguo, a las que se accede por escaleras de caracol, el visitante descubre miniaturas de Chagall, Goya, Renoir y Delacroix.

La galería realmente vive una vida de centro cultural plena –prosigue María Meskín– . Aquí presentan sus libros tanto poetas y escritores consagrados como sus colegas principiantes. La galería de arte es también el hogar poético de los artífices locales de la palabra. Organizamos, asimismo, magníficos conciertos de cámara. Sabemos que hay un gran número de personas que poseen importantes colecciones de obras de arte pero pocos de ellos son expertos como el Acad. Svetlín Rusev. Ninguna obra está por casualidad en nuestra galería. Exhibimos una amplia variedad de muestras: desde estampas del Renacimiento Nacional búlgaro, pasando por obras del gran pintor y caricaturista Ilía Beshkov (también conciudadano nuestro) hasta las de autores contemporáneos. En la exposición de muestras de grabado occidentales se pueden apreciar obras de Renoir, Picasso, Dali y Käthe Kollwitz entre otros artistas de fama mundial. Tenemos dificultades con el mantenimiento del edificio. Ha terminado una parte de su renovación, esperamos apoyo financiero para seguir con la otra. Contamos en gran medida de la ayuda del Ayuntamiento de Pleven. Confiamos que conservaremos el monumento arquitectónico y la colección inapreciable que alberga entre sus paredes porque es imposible vivir sin la belleza, sin el arte.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Albena Bezovska