Poco después de su primera visita a Bruselas Zoran Zaev, primer ministro de la República de Macedonia, efectuó una visita oficial también a Sofía. Zaev ha calificado ambas visitas de históricas y que han obedecido al objetivo de que Macedonia obtuviera respaldo y asistencia de cara a su adhesión a la UE y a la OTAN. Desde Sofía, Zoran Zaev exhortó a que el porvenir euroatlántico de Macedonia fuera respaldado también por el resto de los países vecinos al suyo. Esta exhortación deja ver la disposición del nuevo Ejecutivo de la República de Macedonia de normalizar sus relaciones con Grecia, país con el cual se encuentra enzarzada desde hace años en un contencioso sobre su nombre, con Serbia, a la que Skopje acusa de inmiscuirse en los asuntos internos de Macedonia, y con Albania y Kosovo, con los cuales últimamente Macedonia ha tenido contradicciones violentas en lo tocante a la aspiración de la comunidad albanesa en Macedonia.

En Sofía, el primer ministro Zaev manifestó su intención categórica de superar también las discrepancias con Bulgaria y señaló que Macedonia cerraba un capítulo de la historia del nacionalismo y del odio, y abría otro nuevo, el de un porvenir europeo para todos. Esta intención encuentra su confirmación en el acuerdo logrado por Bulgaria y Macedonia de suscribir, el próximo 2 de agosto, el Tratado de Buena Vecindad y Cooperación, cuya firma había sido aplazada durante muchos años. La fecha para la firma del documento encierra un recio simbolismo porque el 2 de agosto se conmemora el Levantamiento del día de San Elías y la Transfiguración, calificado de punto culminante en la lucha por la liberación nacional de los búlgaros de Macedonia y Tracia. La elección de esa fecha es manifestación clarísima de la resolución de conmemorar conjuntamente acontecimientos y personalidades históricos comunes. De este tipo de resolución hicieron gala los primeros ministros macedonio y búlgaro, Zaev y Borisov, respectivamente, ya durante la visita a Sofía del premier macedonio cuando ambos primeros ministros rindieron homenaje a la memoria del zar Samuil al pie del monumento a éste en la capital búlgara. Samuil también tiene un monumento en Skopje, y algunos políticos e historiadores de Macedonia aseguran que el zar Samuil es héroe nacional macedonio. Parece que el camino a las conmemoraciones conjuntas no ha sido allanado íntegramente todavía, ya que el premier búlgaro ha dado a entender que tras pasar los ministros de Exteriores de Sofía y Skopje revista última al tratado de buena vecindad, antes de la firma del mismo, los primeros ministros de los dos países deberán tomar una decisión sobre lo que significa una “historia común” y de cuáles períodos concretos del pasado se trata.

A los llamados del primer ministro macedonio, Sofía respondió asegurando que apoyará su integración europea y euroatlántica. El primer ministro búlgaro resaltó, empero, que el acceso a la OTAN y a la UE dependerá básicamente de la propia Macedonia y de su estabilidad política interna. También respaldó la perspectiva europea y euroatlántica de Macedonia Rumen Radev, jefe de Estado búlgaro, quien sin embargo, ha insistido en un clima de confianza perdurable entre los dos países, en un cambio del enfoque de la delegación macedonia con respecto a Bulgaria en el seno del Consejo de Europa, en lo tocante al procedimiento en la Convención Marco de Defensa de las minorías nacionales y en el respaldo a la restauración y protección de los monumentos a soldados búlgaros en Macedonia.

Entre los temas centrales abordados en las conversaciones bilaterales figuraron las formas para lograr una conexión de transporte, energética y de comunicaciones mejor entre los dos países. Ambos primeros ministros convinieron en que el comercio bilateral y el intercambio turístico podrían aumentar notablemente. Fueron constatadas tendencias positivas en la colaboración bilateral en el terreno de la Educación y la Cultura. Cabe recordar que tales aspectos también fueron abordados en el año 2012 en las conversaciones entre Boiko Borisov y Nikola Gruevski, en aquel momento primer ministro de Macedonia y, que desde aquel año hasta la fecha, el progreso ha sido pequeño. No se observan todavía desarrollos palpables en el proyecto sobre la autopista Sofía-Skopje ni sobre una vía férrea que enlace las dos capitales. Sigue anclado en el ámbito de los buenos deseos el proyecto para la apertura del cruce fronterizo Klepaloto, entre las localidades de Bérovo y Strumjani, pensado ya a comienzos de los años 80 del siglo pasado y actualizado a raíz de un convenio interestatal en 1999.

Sobre el telón de fondo del estancamiento prolongado en los contactos entre Bulgaria y Macedonia, cualquier progreso resulta significativo y digno de celebrar. Los medios informativos en los dos vecinos países están calificando la visita a Bulgaria de Zoran Zaev de un impacto y una oportunidad. Las buenas intenciones políticas de los gobiernos nuevos en Skopje y Sofía ya han sido declaradas y toca ahora irlas materializando.

Versión en español por Mijail Mijailov