Inmediatamente después de las elecciones al Parlamento Europeo, concluidas el pasado domingo, en el seno de las fuerzas políticas que en ellas habían participado se comenzó a hablar de cambios internos en las mismas, cambios no sólo en el bando de los vencidos, sino también en el de los vencedores. Una parte de estos cambios no serán fáciles y llevarán algún tiempo, pero las orientaciones generales ya quedan trazadas,

Desde Bruselas, donde participaba en la cumbre informal de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, Boiko Borisov, primer ministro búlgaro y líder del partido triunfante, GERB, manifestó que en algunas estructuras a nivel local de este partido se procederá a purgas “de raíz”. A esta etapa, Borisov sólo ha precisado tener la intención de reformar o refundir nuevamente las estructuras de base del GERB en las ciudades de Dobrich y Pleven, en las cuales, los resultados electorales de este partido han resultado insatisfactorios en comparación con los que se habían obtenido en las anteriores elecciones europeas. El análisis a fondo sobre la actuación del citado partido en los comicios europeos se efectuará en días posteriores de la semana en curso y entonces las ideas de cambios, probablemente, no sólo serán precisadas, sino también extendidas. Según información extraoficial, Borisov estará meditando sobre si su suplente en el GERB, Tsvetan Tsvetanov, podría quedar apartado de sus puestos en esta formación tras haberse retirado ya del que tenía de presidente del grupo parlamentario del GERB.

Después de haber anunciado el día anterior que no dimitiría por la floja actuación del Partido Socialista Búlgaro (BSP) en las elecciones europeas, ayer Kornelia Ninova, presidenta del BSP, sí que presentó su dimisión. A mediados de junio el partido celebrará un congreso extraordinario que deberá aceptar o rechazar su dimisión y habrá de forjar reglas para la elección directa de un nuevo líder. La propia elección se produciría hasta finales de julio. Gueorgui Guergov, líder de la organización del BSP en Plovdiv, ha reclamado incluso la dimisión de todo el Buró Ejecutivo del Partido Socialista, si bien, a estas alturas no ha habido evolución en torno a este tema. En el plano inmediato reviste máxima importancia la decisión del BSP de suspender su boicoteo a las labores del Parlamento. Este abandono de la Asamblea Nacional por parte de los socialistas ha sido, en la opinión incluso de una parte del electorado duro del BSP, un craso error cometido por la cúpula del partido.

El Movimiento por Derechos y Libertades, partido que ha ocupado el tercer puesto parece no tener problema alguno por sus resultados electorales y a estas alturas no planea cambios en sus órganos directivos. Sin embargo, el Movimiento ha anunciado que Mustafa Karadayi, líder de éste, y Delyan Peevski, elegidos ambos eurodiputados , renunciaban a estos puestos en beneficio de otros candidatos de la lista del Movimiento por Derechos y Libertades.

Diputados por el partido VMRO aseguran que los resultados electorales han hecho vigente la idea sobre el relevo de Volen Siderov, presidente del grupo parlamentario de la coalición de los Patriotas Unidos, líder del partido Ataka, flojamente representado en los comicios europeos. Unos meses atrás Valeri Simeonov, líder del Frente Nacional por la Salvación de Bulgaria, retiró su confianza de Siderov pero, en aquella ocasión, no obtuvo el respaldo del partido VMRO. Ahora, Krasimir Karakachanov, presidente de éste, estaría suscribiendo la idea sobre la destitución de Siderov y estaría esperando que Simeonov la apoye. Un relevo de esta envergadura es capaz de tumbar la llamada pequeña coalición en el Gobierno, la de los Patriotas Unidos y, de ahí, provocar cambios también en el Ejecutivo y no sólo en el Parlamento.

Por las elecciones municipales en Bulgaria este otoño, cabe esperar que los cambios discutidos por las fuerzas políticas puedan concretarse en los términos más breves posibles.

Versión en español por Mijail Mijailov