Los bancos búlgaros han superado las pruebas de estrés europeas y las auditorías de capital y activos, ha informado el Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE). Los bancos sometidos a pruebas fueron los cuatro más grandes: el UniCreditBulbank, el Banco DSK, el Banco Búlgaro Unido, el Banco Central Cooperativo, así como los pequeños Primer Banco de Inversión e Investbank. Las auditorías fueron impulsadas por la voluntad de Bulgaria de unirse a la eurozona, adoptando el euro y sometiéndose a las normas europeas en el ámbito de la banca y las finanzas. En realidad, las pruebas y las inspecciones sólo confirmaron los resultados del análisis del Banco Nacional de Bulgaria (BNB) sobre el estado del sector bancario en este país, realizado hace tres años. Ya entonces quedó de manifiesto que los bancos búlgaros están en muy buenas condiciones y pueden hacer frente a posibles crisis económicas y financieras, ya que disponen de capital suficiente, buenos activos, reservas y buena liquidez. Sin embargo, la inspección realizada por el BCE también fue necesaria como parte del procedimiento para el acceso a la Unión Bancaria Europea y al Mecanismo de Tipos de Cambio (MTC II) que precede a la entrada a la zona euro. Bulgaria es pionera en este sentido, ya que tal procedimiento no se ha aplicado a los antiguos miembros de esta zona. A partir de ahora, su camino tendrán que seguir todos los demás países europeos que deseen adoptar el euro como moneda. Con esta ocasión, el Banco Central de Bulgaria ha comentado que “Bulgaria es el primer país en el que el Banco Central Europeo realiza una auditoría de la calidad de los activos conforme la Norma Internacional de Información Financiera (NIIF) 9. Todo esto significa que, en las condiciones de requisitos mucho más estrictos como los actuales, los resultados de la inspección no son peores que los que fueron obtenidos durante la auditoría realizada por el Banco Central en 2016, lo cual es un éxito notable”. Es similar la opinión expresada por Pétar Andronov, presidente de la Asociación de Bancos de Bulgaria, quien destaca que “el comportamiento de los bancos búlgaros en las pruebas europeas de resistencia ha sido muy digno”. Por supuesto, no todo en el sistema bancario búlgaro es perfecto. Dos de los bancos auditados mostraron un déficit de capital propio, y también más activos de alto riesgo de lo que se considera normal en Europa. Lo importante en este caso es que tanto el BNB como los bancos en cuestión declararon que toman y que seguirán tomando medidas hasta cumplir con todos los requisitos europeos.

La auditoría de los bancos búlgaros por parte del BCE es, de hecho, el primer paso real de Bulgaria hacia la eurozona. Las expectativas son que el país reciba este otoño luz verde para ingresar al MTC II. No obstante, todavía no es del todo seguro que esto ocurra. Primero, porque además de los requisitos financieros hay muchos otros que el país no podrá cumplir de inmediato ni con la mejor voluntad y la política más adecuada. Se trata del bajo nivel de vida de la población, los problemas con la administración de justicia, etc. Sin embargo, Bulgaria abriga la esperanza de que, una vez en la antesala del euro, las autoridades estarán aún más motivadas y será más fácil realizar los cambios necesarios. Además, nadie puede decir cuánto tiempo tendrá que esperar el país hasta la introducción efectiva del euro. En segundo lugar, el momento de la candidatura búlgara de ingreso a la zona euro coincide con los cambios en la cumbre del BCE. Lo más probable es que el Banco esté encabezado por la francesa Christine Lagarde, y es poco probable que su primera prioridad sea la solicitud de Bulgaria de ingresar a la zona del euro. De modo que, por el momento, las incertidumbres en el camino de Bulgaria hacia la zona del euro son más que los desarrollos conocidos y previsibles. Esto no impide, empero, que el país tome las medidas necesarias y requeridas por Europa; lo demuestran los resultados de las pruebas de estrés europeas de los bancos búlgaros, y esto es alentador y motivador.

Versión en español por Daniela Radíchkova